Este es un libro dirigido a Isabel y Juan Esteban, dos jóvenes que por ser menores de 18 años de edad sus padres me otorgaron el poder legal para sacarlos del país y llevarlos a la ciudad de Río de Janeiro para que participaran de la Jornada Mundial de la Juventud 2013.
Inspirado en el llamamiento que el papa Francisco les hizo a ser auténticos discípulos de Cristo y a que leyeran las bienaventuranzas, les presento las que se encuentran en Mateo como las valencias espirituales en que se deben entrenar para llegar a ser auténticos atletas de Cristo.
Aunque el escrito va dirigido a estos dos amigos, en realidad también se dirige a los otros chicos y chicas que participaron de la jornada, a los que no participaron, a los deportistas creyentes y a todos los jóvenes que desean ser discípulos de Jesús