Bosquejo: Cuida tus Labios

El creyente debe cuidar sus labios, debe cuidar sus palabras.
Dios no ha dado al hombre un don más grande que el de la habilidad de hablar. Sus palabras pueden expresar los más complejos conceptos y pueden elevarse en alas de poesía y oratoria. Las palabras pueden llevar a los ejércitos a la guerra y pueden dar forma y sustancia a leyes justas. Las palabras pueden encender las pasiones, provocar la risa o hacer llorar al público. No es de extrañar que Dios nos haga responsables de las palabras que pronunciamos. No es de extrañar que Salomón volviera a este tema una y otra vez.

Contiene:

El bosquejo del maestro
La lección del alumno
El diseño para el mensaje
Una presentación con los puntos y subpuntos de la lección.