PARA UNA PSICOLOGÍA DEL CARÁCTER
Una nueva visión del Eneagrama que te dejará tan impactado / a que no querrás volver a los conocimientos incompletos o poco creíbles sobre este tema.
Dice Paolo:
Mientras que los diagnósticos médicos interrogan los síntomas en busca de enfermedades, en la psicoterapia, en el cambio, los síntomas indican exageraciones de los procesos normales, que pueden resultar alterados por diversas causas. En la psicoterapia, por lo tanto, el trabajo comienza a reconocer las distintas funciones del organismo psicofísico y se desarrolla buscando las eventuales formas en las cuales estas funciones pierden su eficacia normal. Las funciones se concretan en conductas, y, para referirse a conductas típicas, es de uso frecuente, incluso en el lenguaje cotidiano, el término "carácter".
La idea del carácter puede ser útil en la psicoterapia, por ejemplo, para evitar distinciones cualitativas de tipo jerárquico entre los individuos, a partir de la suposición que no existe quien tenga carácter y quien no lo tenga, o que un carácter sea mejor que otro : se supone que cada uno tiene un carácter, y se considera cada carácter simplemente como una especialización en algún tipo específico de conducta. Mirar desde la perspectiva de los distintos caracteres resulta ser, para psicólogos y psicoterapeutas, una forma cognitiva útil para interactuar con los pacientes a salvo de evaluaciones cualitativas: la relación de ayuda es, en aspectos específicos, algo invasivo, y es muy importante tener un sistema para conocer a la persona sin juzgarla, ya que hay una gran diferencia entre entrometerse con cierta gracia en el mundo del otro,
El editor:
El libro traza y reconstruye el diseño de las arquitecturas del carácter y sus influencias en toda nuestra vida, poniendo de relieve la conexión entre los tonos emocionales de la separación madre-hijo, los tipos de apego, los tipos de transferencia, y los nueve eneatipos del Eneagrama. Proporcionando las coordenadas en el ámbito clínico para "ver" al otro mediante el reconocimiento de su especificidad, singularidad e individualidad y por lo tanto sin considerar patologías lo que por otro lado se podría mirar como manifestaciones o esfuerzos para alcanzar modo equivocado la felicidad. A partir de este reconocimiento, es posible distanciarse de los automatismos (carácter) vividos como necesarios que, mientras llevan a lugares aparentemente apaciguadores,
Dice Paolo:
Mientras que los diagnósticos médicos interrogan los síntomas en busca de enfermedades, en la psicoterapia, en el cambio, los síntomas indican exageraciones de los procesos normales, que pueden resultar alterados por diversas causas. En la psicoterapia, por lo tanto, el trabajo comienza a reconocer las distintas funciones del organismo psicofísico y se desarrolla buscando las eventuales formas en las cuales estas funciones pierden su eficacia normal. Las funciones se concretan en conductas, y, para referirse a conductas típicas, es de uso frecuente, incluso en el lenguaje cotidiano, el término "carácter".
La idea del carácter puede ser útil en la psicoterapia, por ejemplo, para evitar distinciones cualitativas de tipo jerárquico entre los individuos, a partir de la suposición que no existe quien tenga carácter y quien no lo tenga, o que un carácter sea mejor que otro : se supone que cada uno tiene un carácter, y se considera cada carácter simplemente como una especialización en algún tipo específico de conducta. Mirar desde la perspectiva de los distintos caracteres resulta ser, para psicólogos y psicoterapeutas, una forma cognitiva útil para interactuar con los pacientes a salvo de evaluaciones cualitativas: la relación de ayuda es, en aspectos específicos, algo invasivo, y es muy importante tener un sistema para conocer a la persona sin juzgarla, ya que hay una gran diferencia entre entrometerse con cierta gracia en el mundo del otro,
El editor:
El libro traza y reconstruye el diseño de las arquitecturas del carácter y sus influencias en toda nuestra vida, poniendo de relieve la conexión entre los tonos emocionales de la separación madre-hijo, los tipos de apego, los tipos de transferencia, y los nueve eneatipos del Eneagrama. Proporcionando las coordenadas en el ámbito clínico para "ver" al otro mediante el reconocimiento de su especificidad, singularidad e individualidad y por lo tanto sin considerar patologías lo que por otro lado se podría mirar como manifestaciones o esfuerzos para alcanzar modo equivocado la felicidad. A partir de este reconocimiento, es posible distanciarse de los automatismos (carácter) vividos como necesarios que, mientras llevan a lugares aparentemente apaciguadores,
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