«En el cosmos de este libro, esa conjunción de humo y niebla llamada smog, se traduce en una metáfora consistente de lo opresivo y lo solitario de la vida en la ciudad. Pero el concepto es también versátil ya que, por momentos, el smog parece alzarse como un cómplice o un espacio de impunidad para que se desarrollen los actos más inherentes e íntimos de nuestra humanidad.» Emilia Vidal