Como has podido notar desde tu propia experiencia, hay ocasiones donde te sientes con mucha energía y otras con poca o casi nada de energía después de algunos encuentros sociales, reuniones familiares, de pareja o de algunas amistades…
¿A qué crees que se deba?
Primero aclaro que hay una conversación mucho más amplia del tema ya que el nivel de energía que tengamos en nuestra vida depende de más factores que el de la interacción social, (alimentación comestible, impresiones sensoriales, la volitiva, y la consciencia individual y colectiva; expuestas por Thích Nhất Hạnh, en su libro “El Silencio”)*. Sin embargo, quiero hacer énfasis aquí en las interacciones con otros humanos en nuestras cotidianidades.

Figura 1: Representación de los niveles de energía según la relación intrapersonal e interpersonal en relación al estar
Tal como puedes observar en el gráfico guía adjunto, cuándo has hecho un camino de desarrollo de expansión de la conciencia, te será más fácil reconocer estos cuatros factores y tendrán mucho más sentido.
Las personas que valoran y aprecian su soledad, saben que es necesario este espacio-tiempo para conectarse con su esencia y luz, para relacionarse consigo mismos y escucharse, para meditar, para reflexionar, contemplar, estar… Las personas que viven este tiempo-espacio, saben que es necesario y vital para estar en armonía y les sirve de descanso para toda la verborrea social y bullicio desenfrenado que hay en el exterior.
Sin embargo, en nuestra vida tenemos la magia de la compañía de algunos seres que forman parte de nuestros días: familia, amistades, pareja, seres amados no humanos… Y en buena hora. Esta compañía si nos nutre y nos hace crecer día a día, si hay buenas conversaciones, respeto, amor, bondad…, le podemos llamar compañía funcional.
Por otra parte, también hay en nuestro camino, personas que tienen una ruta distinta a la nuestra, personas que debido a sus condiciones del entorno, condiciones de una infancia disfuncional no sanada, condiciones de herencias familiares disfuncionales no trasmutados, condiciones de visión reducida por sus creencias limitantes… que llegan a interceptarse con nosotros el algún punto; la mayoría de aquellas personas lamentablemente forman parte de una especie de bucle y se "autoflagelan" desde la autocomplacencia y desde las limitaciones. Este tipo de personas se reconocen porque tienen conversaciones desde la negatividad, desde el miedo, desde el sufrimiento, desde la envidia… y son aquellas que podrían mermar parte de tu energía si de das la oportunidad de frecuentarles mucho.
Por último, según la clasificación propuesta, tenemos a las personas que habitan el mundo, desde la maldad, quienes, por traumas en sus lapsos de vidas, llevan un resentimiento, resignación aguda, que les es imposible abrirse a un cambio hacia la bondad. Este tipo de personas son el resultado de una combinación tóxica entre los sistemas que gobiernan el mundo y la falta de consciencia familiar e individual, volviéndose victimas y victimarios de manera paralela.
Con ello te invito a reflexionar sobre con quienes pasas tu tiempo… con quién o quiénes sientes que te nutres de energía, con quién o quiénes sientes que creces, con quién o quienes sientes que se alinea a tu proyecto y filosofía de Vida (en caso de contar el ellos) … Mi recomendación es que, en la medida de lo posible, te vayas relacionando más desde los dos primeros puntos…
¿Qué te ha parecido esta mirada sobre la relación con las personas y su influencia energética?
Autoría:
Manúv
@esmanuv
Fotografía: Nathy
Lugar: Volcán inactivo de Pampamarca, Canas, Cusco. Perú
*Si has leído el presente artículo y te interesa ampliar la mirada expuesta por Thich con respecto a cómo nos alimentamos, escríbeme en la parte de contactos o por instagram.