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Distorsión

La noche antes de un accidente que tuve en mi adolescencia, lo soñé (lástima que me acordé después que pasó). Lo mismo me ocurrió con los eventos del 11 de julio en Cuba; un día antes, lo describí en mis redes a través de un poema. También recuerdo haber advertido en la iglesia sobre lo fácil que es acomodarnos en la bendición de congregarnos juntos cada semana y, un mes después, llegó la pandemia. He tenido varias experiencias similares, pero no me considero profeta o alguien "superior" por ello. Creo firmemente que todos tenemos acceso a lo sobrenatural cuando cultivamos una relación con Dios.


Pero esto sí, estas experiencias me han llevado a enfocarme en lo que Él quiere de mí cada día, pues, si no le doy un propósito a mi corazón, corre el peligro de divagar. Y si uno quiere alejarse de las obras de la carne, debe mantenerse conectado y enfocado en la misión que recibimos, porque el ocio es peligroso.


Hoy en día, muchas personas se desvían en teorías y especulaciones sobre lo divino, perdiendo de vista el objetivo del conocimiento de la Palabra. Se enfocan en debates sin propósito en su intento por explicar lo espiritual desde su lógica humana. Un claro ejemplo de esto es la confusión que algunos han traído sobre el significado de Elyon y la tendencia a asignar géneros a las figuras celestiales. Pero, ¿qué dice realmente la Biblia sobre esto?

La palabra Elyon (עליון) en el Salmo 91 proviene del hebreo y significa "Altísimo". Es un título que resalta la supremacía y majestad de Dios, indicando que Él está por encima de todo y de todos. En el primer versículo del Salmo 91, se menciona:

"El que habita al abrigo del Altísimo (Elyon), morara bajo la sombra del Omnipotente (Shaddai)."

La Biblia es clara en que Elyon es simplemente un título que exalta la supremacía de Dios, no un ser aparte ni superior a Él.


A lo largo de la historia, el hombre ha intentado racionalizar lo espiritual, ajustándolo a su limitada comprensión. Es irónico porque, ¿qué son unos cuantos años de vida y razonamiento limitado contra la eternidad?


Un ejemplo de esto es el gnosticismo, un movimiento que surgió en los primeros siglos de la era cristiana. Los gnósticos creían que poseían un conocimiento secreto superior al de los apóstoles y buscaban explicaciones alternativas sobre Dios, los ángeles y el propósito del ser humano. Distorsionaban la verdad del evangelio con ideas filosóficas, como la creencia en una divinidad suprema llamada el "Dios desconocido" que estaba por encima del Dios de la Biblia. En su afán por entender lo divino, terminaron creando una doctrina que negaba la esencia de Cristo y su sacrificio.

La Biblia nos advierte en 2 Timoteo 4:3-4 que llegará el tiempo en que la gente no soportará la sana doctrina, sino que se amontonará maestros conforme a sus propios deseos, apartándose de la verdad para seguir fábulas.


Un punto recurrente en estas doctrinas erróneas es la idea de que Dios tiene dos aspectos, uno masculino y otro femenino, o que los ángeles poseen género. Esto nace de una mala interpretación del lenguaje bíblico. En la Escritura, cuando se describe a Dios o a seres celestiales con términos masculinos o femeninos, no es porque tengan un género como los humanos, sino porque nuestro lenguaje es limitado para describir lo sobrenatural.


Esto mismo sucede con las profecías del Apocalipsis. Juan tuvo visiones celestiales y, al escribirlas, se vio obligado a usar palabras humanas para describir realidades que trascienden nuestra comprensión. Así, la imagen del Cordero inmolado, las bestias o la Jerusalén celestial no pueden ser entendidas de forma literal, sino con el contexto espiritual adecuado.


A mí me ha quedado claro que cuando Jesús dijo: “Id y haced discípulos a todas las naciones” (Mateo 28:19), no solo nos dio un mandato, sino que también habló del Reino. El problema de estas doctrinas especulativas es que mantienen a las personas detenidas en la puerta, sin entrar ni disfrutar de los pastos verdes. Jesús trajo el Reino de los cielos a la tierra, pero estas enseñanzas nos alejan de vivirlo, manifestarlo y extenderlo... es como enfocarnos en saber si el diablo tiene cuernos o no, en vez de apropiarnos de las armas espirituales para echarlo fuera de nuestras vidas.


Quizás, si tuviéramos más contacto con "los pecadores", como lo hacía Jesús, no tendríamos tanto tiempo para perdernos en doctrinas erróneas. La enseñanza para alguien que no conoce a Cristo es sencilla: perdón y gracia. Volvamos a lo esencial, vivamos el evangelio con poder y llevemos el mensaje de salvación, esto es lo que realmente se necesita.