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Quebranto

Pasar por las calles en donde vivo y ver a personas mayores reunirse con sus amigos de toda la vida, compartiendo un mate, conversando sobre épocas pasadas...uff, esto hace brotar en mí una profunda nostalgia ya que mis amigos de la infancia y yo solo podemos saludarnos a la distancia. Las charlas que se tenían sentados en el portal de la casa o en la acera de cualquier esquina ya son ecos lejanos, reemplazados por un mensaje de texto o una llamada breve, cuando el tiempo y las circunstancias lo permiten. Esta es mi experiencia personal como la de tantos cubanos. Cuba, con sus limitaciones y aflicción, sigue siendo la tierra donde quedan amigos y familiares. 


El dolor de estar lejos de la familia no es una cuestión de distancia, es la amarga sensación de saber que quienes amas están atrapados en una realidad que dista tanto de tu vida cotidiana. La mente divaga en cada nueva experiencia o momentos felices, pues no hay plenitud en lo que uno disfruta, el corazón se divide entre alegría y nostalgia, satisfacción y añoranza.


La esperanza en Cristo hace que me enfoque en mi misión y me fortalezca, solo su consuelo y abrazo puede sosegar mi alma cuando la impotencia intenta conectarse con la ira ante tantas injusticias. Esta situación no se entiende aunque uno la cuente a detalles, pero el plan de Dios es perfecto y esto es lo único que me hace descansar y seguir caminando hacia adelante. 


La frustración paraliza tus proyectos, por esto aconsejo a mis coterráneos dispersos por el mundo que usen la indignación como combustible que alimente las ganas y el esfuerzo en tener mejores condiciones y así extender nuestra ayuda. Ante todo tenemos la certeza de que las promesas de Dios trascienden cualquier frontera o régimen, Él nos une en su amor y nos proyecta hacia una vida abundante en la tierra y la esperanza de la eternidad que nos tiene preparada, esta proyección es medicina, es lo que evita que esta herida abierta se vuelva dañina. 


Este verso bíblico es mi lema: 

Salmo 34:18: "El Señor está cerca de los quebrantados de corazón, y salva a los de espíritu abatido." Él conoce nuestro quebranto y el dolor que nos mantiene humildes, que nos permite sensibilizarnos con la sociedad, que nos lleva a respetar y ayudar a cualquier persona esperando que los tuyos reciban la misma recompensa. 

Cuba mía, no paro de bendecirte, sueño con verte limpia algún día!!


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Recuerda que puedes explorar más de mis escritos en este espacio, donde encontrarás otras reflexiones que te ayudarán a vivir con propósito y esperanza, recordando siempre las promesas de Dios en cada etapa de la vida.


¿Te gustaría que escribiera sobre un tema específico?, déjamelo saber en los comentarios!