Carrito de la compra
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Segundo después de Faraón

Todos hemos cometido errores sobre todo por inexperiencia, pero no en todos se hallará la humildad del hijo pródigo al reconocer su error, no todos pueden abrazar el proceso con la fidelidad de José, no todos pueden llamar la atención de Dios de tal manera que te reserve el segundo puesto después de faraón. 

Me encanta cómo a ambos se les recibe con un anillo y vestiduras nuevas, aunque incomprendidos por sus hermanos se denota la profundidad del amor de su Padre, Dios pesa los corazones.


Bajo este enfoque medito:

Con 14 años me serví de la mesa del Consejo de Estado de mi país con las mismas manos que conocen el servicio doméstico; he sostenido un micrófono con la misma pasión con la que he tomado la mano de un enfermo.

Ni lo uno ni lo otro me ubica en una posición específica, saber quién soy sí lo hace.


He visto mucha plata, muchísima, en las manos incorrectas, esto es solo un cronómetro en retroceso, en cualquier momento se reinicia. He visto cómo un acto de fe atrae toda la finanza que se necesita para cubrir un proyecto y es apenas la raíz de un árbol que dará sombra a multitudes.


Mi esposo y yo hemos sido honrados por personas de muy buena posición económica que han recibido la palabra con humildad, también hemos sido cuestionados por personas cuya vida es semejante a una tierra árida donde una semilla es incapaz de germinar. Hemos hablado con "pobres" visionarios cuyas palabras nos han impartido fe, y los hemos visto prosperar. 


A donde quiero llegar es que la condición económica de una persona no nos revela su personalidad, sino sus actitudes, que provienen de su corazón. 


Lo mejor que hemos aprendido es que quien predica en el Espíritu va recibiendo de lo que sale por su boca, pero ante un mensaje que te roba la paz, como mi mamá siempre me ha dicho: leemos entre líneas. 


Detrás de cada palabra hay una intención, será por eso que Jesús dijo que daremos cuenta por cada una de ellas.


Para una persona el mundo gira según su perspectiva y relación con Dios, pero para Dios cada persona es un mundo y Él es Dios en cada uno.


Si me lees hasta acá te invito a dejarme un comentario, acompaño este mensaje con Salmista VIII de El Philippe, te la comparto: