Carrito de la compra
Loading

"La vida no es justa"... ¿Y entonces?

“La vida no es justa”

¿Alguna vez pensaste o dijiste estas palabras?


Te cuento algo… Imagina a un hombre en medio de gran escasez y con hambre. En su camino se encuentra un árbol maduro, y lleno de fruto. Lo corta, se fabrica un ídolo con la madera, y luego le ruega hasta las lágrimas por comida… ¡comida que ahí estaba antes de cortarlo y hacer el ídolo!


¿Lo ves? Así pienso que ocurre también con la justicia.


El hombre, con hambre de justicia, posee en sí mismo el enorme potencial de una inteligencia que es capaz de transformar todo hacia el derecho, la justicia, y el orden; pero prefiere ignorarle, y entonces rogará hasta las lágrimas “al cielo” o a “la vida” para que ejecute la justicia… ¡Justicia que podría surgir de su propia inteligencia!


Es entonces cuando, al ver que las cosas no funcionan como uno quisiera, la frustración toma lugar.


¿Qué es la justicia?


Según la Real Academia Española, justicia significa:


  1. Principio moral que lleva a determinar que todos deben vivir honestamente.
  2. Derecho, razón, equidad.


En ambos casos encontrarás un punto en común: la inteligencia madura del hombre capaz de comprender el orden natural de la vida y de regular la convivencia con sus semejantes.


Toda expresión de injusticia es solo la evidencia del estado decadente del único ser vivo sobre la tierra que pareciera poseer lo necesario para que haya justicia.



La ilusión de una justicia externa


La justicia no aparece por sí sola; no viene con "la vida". Debe ser establecida por el ser humano pensante. Debe resultar de inteligencias cultivadas, que en consecuencia generen leyes para seres humanos con inteligencias que se cultivan.


Creer en una “justicia divina” que reparte castigos automáticos resulta cómodo para quien no quiere desarrollar su inteligencia. No requiere pensar, ni asumir responsabilidad sobre el orden personal, social o natural.


Así, muchos esperan que al agresor “le caiga un rayo”, o que "el karma" actúe de inmediato contra quien, a su parecer, lo merece. Pero esa no es una justicia verdadera. Sencillamente no habría virtud en ello. Subrayo, la justicia es la consecuencia de una inteligencia cultivada.



La virtud que ordena


La justicia es la elegancia que caracteriza al alma virtuosa del hombre, y que se proyecta hacia su entorno.

La justicia no se trata de venganza, sino de conocimiento maduro convertido en acción responsable.


Sería injusto culpar a la vida de injusta, cuando ella nos ha dado la inteligencia para establecer la justicia. Y a su vez, no le haríamos justicia a la capacidad de la propia inteligencia toda vez que la ignoramos.


El hombre primitivo vivía bajo la ley de la supervivencia y del más fuerte. Esa lógica jamás podrá fundar justicia, porque carece de razón y equidad. La justicia requiere de leyes que proyecten virtud; y así se ordena la vida del propio ser, y su interacción con sus semejantes.


Una ley verdaderamente justa debe ser creada por el mismo ser humano pensante, buscando el derecho entre los hombres.


No es una “ley del karma” la que deba hacer justicia; no será una "ley divina" la que pague a cada uno según sus obras para establecer "la justicia" que tú quieres ver; mucho menos la ley del más fuerte.


Hay una responsabilidad por asumir; debemos madurar nuestra inteligencia y hallar ahí las formas que darán curso al orden justo de la vida... y de eso habla La Biblia.




¿Qué opinas? Deja tu comentario abajo, lo leeré con atención.


Comparte este blog con alguien que alguna vez haya dicho: ‘la vida no es justa’, y que creas que quizá le pueda servir pensar en esto.





Si bien yo he desarrollado mi entendimiento a partir de las figuras de sabiduría que he encontrado en La Biblia, considero que a algunos les puedan interesar estas otras referencias:


  • Aristóteles, Ética a Nicómaco. Desarrolla la noción de justicia como virtud racional y como orden social establecido por la razón humana. Para él, la justicia es inseparable de la virtud y de la vida buena.
  • Hans Kelsen, Teoría pura del derecho. Señala que la justicia no es un “dato” sobrenatural, sino una construcción normativa humana, relativa al orden social y político.
  • John Rawls, A Theory of Justice. Plantea que la justicia es “la primera virtud de las instituciones sociales” y que surge de un contrato racional entre individuos libres e iguales, no de un castigo/recompensa externa.
  • Yuval Noah Harari – Sapiens: De animales a dioses. Habla de cómo los mitos compartidos (incluidos credos y religiones) han permitido la organización social, pero al mismo tiempo plantea que la justicia, como concepto, es una invención humana dependiente de nuestra inteligencia colectiva.
  • Steven Pinker – Enlightenment Now. Sostiene que los avances en justicia, derechos humanos y equidad provienen del desarrollo de la razón, la ciencia y la inteligencia humana, no de fuerzas externas.