

La Biblia: Tecnología de Inteligencia
"Quieres encontrar una idea nueva, lee un [buen] libro viejo"
-Iván Pavlov
Creo que podrías sorprenderte si escucharas que LA BIBLIA trata acerca de algo muy diferente en relación a lo que has oído, o que incluso, te enseñaron.
He encontrado fundamentos mucho más sólidos para pensar que ésta trata de una sabiduría que está muy lejos de lo que hoy expresan las religiones que le tienen por sagrada.
De entrada, y con ojos que quieren entender, notarás que LA BIBLIA no es un libro de historia. Es un libro de sabiduría.
Desde tiempos inmemorables, las parábolas, alegorías, fábulas y mitologías, han sido las tecnologías de inteligencia más eficaces para la transmisión de la sabiduría fundamental de la humanidad, "la sabiduría primera". Y esto no solo porque nos gustan las historias, sino que también porque nos hacen pensar, y nos ayudan a recordar sus profundidades más fácilmente.
Pero ¿Cuál es la sabiduría primera?
La inteligencia humana es el punto de partida de toda interpretación posible. De hecho, ahora mismo la estás usando para juzgar lo que aquí lees, valiéndote exclusivamente de los elementos de juicio de los que en ella dispongas.
Es a través de la inteligencia que otorgamos sentido, valor y dirección a lo que percibimos. Por eso, aunque las ciencias naturales exploran las leyes que le dan orden al mundo físico, y las ciencias sociales las que ordenan el mundo colectivo, existe una dimensión aún más profunda, el conocimiento de las leyes internas que rigen y ordenan el funcionamiento de la mente, las causas primeras de nuestra percepción, comprensión y acción.
Aristóteles llamó a esto “la ciencia de las causas primeras”, un saber orientado a descubrir el origen de todo lo que experimentamos, pensamiento, emoción, deseo, voluntad, visión.
No hablo de acumular información, sino de hacer madurar la inteligencia hasta que pueda ver con claridad aquello que solo la sabiduría puede ver. Por eso, muchos de los textos antiguos, incluida La Biblia, usaron símbolos, parábolas y alegorías, pues han funcionado como tecnologías para el pensamiento.
En tiempos donde se privilegia lo externo y lo inmediato, recuperar esta óptica es clave para comprender los mapas de la propia alma, y el camino del SER hacia la virtud completa.
Creo que en nuestros días la inteligencia natural y reflexiva ha sido desplazada por la el uso de la tecnología y la búsqueda del confort. El hombre se muestra cada vez más distraído, extraviado de sí, y por lo tanto, es más disfuncional.
Hoy, son pocos los que piensan por sí mismos; con facilidad se adoptan y se defienden ideas que fueron aprendidas por costumbre, conveniencia o pertenencia, más que por un ejercicio real de pensamiento autónomo. El sistema moderno del confort está apagando la curiosidad natural de la inteligencia; el ser humano ha dejado de percibir que la vida, en su fondo, implica una invitación constante a madurar en sabiduría.
¡Y el problema es que no se ha dado cuenta de que tiene ese problema!
¿Puedes percibir el extremo al que estamos llegando, cuando ya no se piensa ni para las cosas más simples?
¡El ser humano parece no tener hoy opinión propia ni criterio personal! ¡Expresa como propio (sin serlo) el criterio de la religión que adoptó, o el de su círculo de pertenencia, y ahora de forma muy importante, el de la inteligencia artificial!
¡Es el pensar lo que nos hace ser!
El hombre deberá primero ocuparse del SER, y en consecuencia vendrá el BIEN HACER. Y esto último nunca nace de mentes limitadas.
LA BIBLIA es una obra nacida de mentes que muy seguramente alcanzaron a ver mucho más acerca de las causas primeras de lo que tú o yo hemos logrado ver con la nuestra. Y justamente eso es lo que la hace tan vigente hoy.
¿Por qué cada quién entiende de LA BIBLIA, algo difrente?
Observa que aquellos que escribieron estos escritos, escribieron sabiduría, conocimiento maduro profundamente desarrollado. A ellos les tomó bastante tiempo y trabajo desarrollarlo, para luego escribirlo.
Por lo tanto, si tú lees esos escritos, será imposible que comprendas fácilmente aquello que a ellos les tomó bastante tiempo y trabajo hacer madurar en sus inteligencias. Tu inteligencia necesitará igualmente ese trabajo exhaustivo para extraer su sentido más profundo.
Los conceptos que encuentras a través de LA BIBLIA son símbolos que requieren un proceso de madurez en tu propia inteligencia, hasta que puedas ver en tu entendimiento lo que los autores veían.
Ellos contaban con una mayor disposición hacia la observación profunda, la contemplación, y el pensamiento simbólico. Al vivir en un mundo menos saturado de estímulos y distracciones, dirigían más su atención y su tiempo a comprender los misterios de la existencia. En lugar de acumular datos, cultivaban sabiduría, y por eso sus narrativas saltan a la vista como esos mapas del alma que le dan claridad al camino.
Te será útil asumir que todos estamos en un proceso continuo de maduración del entendimiento, y que cuanto más profundizamos, más significado podemos descubrir.
En esta página te invito a no dar por sentado que ya sabes de qué trata la Biblia solo porque una religión o alguien te haya dicho qué significa. Creo que esta suposición es uno de los principales obstáculos para permitir que tu inteligencia natural madure.
Querrás determinarlo por ti mismo. Desarrollar tu propio criterio.
Date la oportunidad de “ver fuera del cuadro”, más allá de aquello que aceptaste como verdad sencilla o familiar. Este ejercicio es un acto de libertad para tu mente, especialmente cuando reconoces que tu mente anhela la virtud de la libertad.
¡Te aseguro que, al hacerlo, podrás descubrir secretos profundos en el camino de la virtud, a través de la tecnología de inteligencia que encierra LA BIBLIA!
¡Te podrías sorprender!