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¿Por qué Dios guarda silencio a veces? (Un adelanto reflexivo del libro “¿Por qué Dios no me escucha?”)



Hay momentos en los que oramos con el corazón roto y... nada. Silencio. No hay señales, no hay respuestas. Solo un cielo aparentemente cerrado.

Pero ¿sabías que ese silencio también puede ser una respuesta?


1. El silencio no significa ausencia

Dios no está lejos cuando calla. A veces, está más cerca que nunca, trabajando en lo invisible. En Juan 11, Jesús se tardó en ir a ver a Lázaro. No porque no lo amaba, sino porque había un propósito mayor: mostrar Su gloria.

"Jesús amaba a Marta, a su hermana y a Lázaro... sin embargo, se quedó dos días más donde estaba." — Juan 11:5-6

2. El silencio revela tu corazón

Cuando todo parece en pausa, nuestra fe se prueba. ¿Buscamos a Dios por lo que puede darnos, o por quién es Él? En los silencios, aprendemos a esperar, a confiar, a rendirnos.


3. A veces, ya habló… pero no escuchamos

Su respuesta puede estar escrita, y nosotros pidiéndole señales. La Biblia está llena de Su voz. A veces el silencio es una invitación a volver a Su Palabra.



👉 ¿Quieres profundizar más? En el libro "¿Por qué Dios no me escucha?" exploramos con versículos bíblicos las razones espirituales detrás del silencio divino, y cómo aprender a escuchar Su voz con claridad.

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