No pintes para impresionar.
Pinta para respirar.
Para soltar lo que pesa,
para recordar lo que eres.
El arte no es solo para los museos…
es medicina para el corazón,
es oración en movimiento,
es silencio hecho color.
Pinta para sanar,
para relajarte ,
para reencontrarte.
Pinta sin juicio, sin prisa, sin meta.
Déjate llevar por el trazo,
por la emoción,
por la energía que fluye a través de ti.
Pinta porque te gusta hacerlo.
Porque pintar es recordar
que estás viva, que eres única,
y que dentro de ti habita la creación.
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