Aparentemente existiría una contradicción entre emular el proceso de aprendizaje de un idioma en un bebé y basar la metodología de un adulto en el Principio Alfabético.
Esta confusión podría surgir porque el proceso natural de aprendizaje de un idioma en un bebé (la adquisición del lenguaje oral) y el Principio Alfabético corresponden a etapas y mecanismos de aprendizaje diferentes:
El proceso de aprendizaje del bebé (Adquisición del Lenguaje Oral):
- Es un proceso que ocurre principalmente a través del oído y la boca.
- El bebé escucha sonidos, palabras, frases. Intenta imitarlos (balbuceo, primeras palabras). Asocia esos sonidos con objetos, acciones, emociones, en contextos reales.
- Aprende por inmersión, interacción, imitación, reconocimiento de patrones sonoros y asociación de significado.
- Este proceso ocurre mucho antes de que el bebé tenga contacto o comprensión del lenguaje escrito.
- Por lo tanto, no se basa en modo absoluto en el Principio Alfabético. Un bebé no sabe que la letra 'A' representa el sonido /a/ mientras aprende a decir "agua".
El Principio Alfabético:
- Es la comprensión de que existe una relación sistemática entre los símbolos escritos (letras o grafemas) y los sonidos del habla (fonemas).
- Es la base fundamental para aprender a leer (decodificar) y aprender a escribir (codificar).
- Es una habilidad que se desarrolla en la etapa de alfabetización o lectoescritura, que ocurre después de que el niño ya ha adquirido una base sólida del lenguaje oral.
La aparente contradicción cuando digo que mi metodología intenta emular el proceso natural del bebé (que es oral, auditivo y pre-alfabético) pero sus fundamentos se basan, entre otros, en "el Principio Alfabético", parecería que estoy mezclando dos etapas y mecanismos de aprendizaje distintos:
- Si se emula al bebé, nos centraríamos inicialmente en la escucha y el habla sin el apoyo de la escritura.
- Si el método se basara solo en el Principio Alfabético, se estaría centrando en la relación letra-sonido para leer y escribir.
Por ello, puedo decir que mi metodología se basa en la integración de ambos caminos:
El adulto no ignorará la escritura para siempre ni el Principio Alfabético será la única base desde el día uno. La integración se produce entre:
- La Fase Inicial (Emulación del bebé - Oral/Auditiva): Donde la metodología comienza fuertemente enfocada en la inmersión, la escucha activa, la imitación de sonidos y la práctica oral en contextos significativos, tal como lo haría un bebé. En esta fase, el Principio Alfabético aún no es el protagonista ni el fundamento principal, aunque el adulto ya lo conozca conceptualmente.
- Y La Fase Posterior (Incorporación de la Lectoescritura): Una vez que el adulto ha desarrollado una base oral y auditiva funcional, la metodología introduce la lectura y la escritura. Es en esta fase donde el Principio Alfabético se convierte en un fundamento CRUCIAL y explícito de mi enseñanza. Le enseño al adulto las correspondencias entre los sonidos que ya ha aprendido a pronunciar y reconocer y las letras que los representan en la escritura del nuevo idioma.
De esta manera, la metodología "emula el proceso del bebé" en la secuencia natural de adquisición (oral primero, luego lectoescritura) y en el tipo de actividades iniciales (escucha intensiva, habla contextualizada), mientras que el Principio Alfabético es un fundamento esencial pero aplicado a la etapa posterior de desarrollo de la lectoescritura, aprovechando la ventaja cognitiva que tiene un adulto sobre un bebé.
Así, el Principio Alfabético no sería el fundamento de la emulación de la fase oral del bebé, sino un fundamento clave para la alfabetización dentro de una metodología que sí imita la progresión natural del aprendizaje infantil.
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