En nuestra entrada anterior, exploramos a fondo los conceptos de visión, misión y valores. En este punto, ya deberías tener una comprensión sólida de estos tres elementos clave. No obstante, hagamos un repaso:
Valores Empresariales:
Los valores de una empresa son los cimientos que orientan las actitudes de sus colaboradores, manteniéndolos alineados con objetivos compartidos. Estos valores son la culminación de la misión y visión de la empresa.
Misión Empresarial:
La misión de una empresa actúa como su brújula en el presente. Define de manera clara y relevante la razón de su existencia, centrándose en metas actuales y objetivos tangibles.
Visión Empresarial:
Por otro lado, la visión proyecta una imagen futura ideal. Es la declaración que inspira, motiva y dirige el rumbo de la empresa a largo plazo. Ambas, misión y visión, deben ser realistas pero también lo suficientemente ambiciosas para impulsar el crecimiento.
¿Estás listo para seguir profundizando en estos elementos esenciales de la identidad empresarial? ¡Vamos al siguiente nivel!
Elemento Diferenciador
En la actualidad, nos encontramos inmersos en una era de globalización donde la originalidad es escasa, y cada producto o servicio se asemeja al que ofrece la competencia. Todos los emprendedores y marcas están abordando las mismas necesidades del consumidor, y la diferenciación suele limitarse a competir en precios bajos. Este enfoque, aunque aparentemente puede aumentar las ventas a corto plazo, sacrifica calidad, tiempo, esfuerzo e inversión, lo cual, a largo plazo, resulta en una estrategia poco sostenible y poco efectiva.
La reconocida empresa de postales Hallmark ha sido una pionera en la construcción de marca y estrategias de fidelización. En este contexto, han desarrollado la Valué Star, una herramienta que indica que tanto el «precio» como la «calidad del producto» o servicio son factores implícitos en la decisión de compra. Aunque el consumidor busca constantemente precios más bajos, no está dispuesto a sacrificar calidad. Sin embargo, la experiencia del consumidor, el costo adicional que está dispuesto a pagar y la confianza que la marca genera son elementos diferenciadores poderosos.
Cuando hablamos de experiencia de marca, nos referimos a la atención al cliente tanto antes como después de la venta. El «costo adicional» se refiere a aquello que el cliente está dispuesto a sacrificar para adquirir el producto de la marca. Por último, la «confianza» no solo está relacionada con la calidad del servicio, sino también con la garantía que la marca ofrece en sus productos.
Para entender cómo construir tu elemento diferenciador, es crucial realizar un análisis detallado de la competencia y del mercado en el que te encuentras. Identificar a tus competidores directos e indirectos es esencial. Los competidores directos están en la misma línea de negocio o posicionamiento que tu marca, son aquellos con los que te puedes comparar directamente. Por otro lado, los competidores indirectos son aquellos que ya han dominado el mercado y representan el nivel al que aspiras llegar.
Inspeccionar y analizar lo que hace única a otra marca en comparación contigo es fundamental. Tomar nota de estos aspectos te será útil más adelante en la creación de la imagen de marca. Este análisis te proporcionará información valiosa para destacarte y ofrecer algo distintivo en tu mercado.
La promesa de marca es la justificación de tu elemento diferenciador. Por ejemplo, si tu diferenciador es la rapidez de entrega, la promesa debe enfocarse en eso y ser cumplida consistentemente. Una marca que se autodenomina como la más rápida no puede permitirse problemas de envío, ya que eso afectaría su credibilidad y generaría desconfianza en el consumidor final. La promesa de marca no solo es una declaración, sino un compromiso que debe ser respaldado con acciones concretas para construir y mantener la confianza del cliente.