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El café pendiente

Una buena tradición.


Un café pendiente es una forma de ayudar a las personas que no tienen dinero para comprar un café. La idea es muy sencilla: cuando vas a una cafetería, puedes pagar dos cafés en vez de uno. El segundo café queda “pendiente” para que alguien que lo necesite pueda tomarlo gratis. Así, compartes un gesto de solidaridad y generosidad con los demás.


Esta tradición nació (nacer: syntyä) hace más de cien años en Nápoles, una ciudad del sur de Italia. Allí, los obreros solían (soler: olla tapana) dejar un café pendiente cuando tenían algo que celebrar o cuando querían dar las gracias por algo. Era una forma de compartir su gratitud con los demás. Con el tiempo, esta costumbre se extendió (extenderse: laajentua) por todo el país y luego por el mundo.


Una persona que no puede pagar un café puede preguntar si hay algún café pendiente en la cafetería. Si hay alguno, el camarero se lo sirve sin hacer preguntas ni pedir explicaciones. Es un regalo anónimo. El que toma el café pendiente no sabe quién lo ha pagado, y el que lo paga no sabe quién lo va a tomar.


En España, algunos bares se han sumado (sumarse: liittyä) a esta iniciativa y han colocado (colocar: laittaa) carteles o pegatinas que indican que aceptan cafés pendientes. Así, los clientes saben que pueden colaborar con esta causa y dejar un café pagado para alguien que lo necesite.

El primer bar que introdujo esta tradición en España fue el Café Comercial, el más antiguo de Madrid, que cerró en 2015 después de 128 años de historia. 


También se puede dejar "comida pendiente". La gente sin recursos pueden tomarse un café con un trozo de tortilla por ejemplo.


© Jorge Segura López

8/2023

Nivel A2

Photo credit: Nathan Dumlao