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¿Por qué nadie me dijo que saldría más caro callar que buscar ayuda?

Hace 10 años callé, por miedo al señalamiento, por temor a ser menos cristiana, por temor a que las personas a mi alrededor que siempre me han visto como valiente, residente y entusiasta cambiaran su visión de mí. Fue muy duro. Decidí no buscar ayuda por vergüenza y miedo. Mis pensamientos me traicionaron. El deseo de mi corazón estaba lejos de mi realidad. Por eso, bien dice la Biblia en Jeremías 17:9 que, engañoso es el corazón más que todas las cosas. Aunque daba indicios de mi estado de salud mental precario y desesperanzador, y en ocasiones hablaba sobre lo cansada y triste que me sentía, nadie a mi alrededor (que yo recuerde) me dijo que buscara ayuda por mi bien. Tal vez vieron a esa Neidynathalie que siempre es fuerte y tiene un plan para salir de cada situación en la que se encuentra. La que no se deja caer por nada. Pero por dentro esa misma Neidynathalie estaba viviendo una vida de apariencias. Comenzar la maternidad sintiéndose así, es una de las cargas más pesadas que cualquiera pudiera tener en la vida. Sonreír con dificultad, sentirse que su esfuerzo es en vano o que lo está haciendo todo mal, son algunos de los pensamientos y emociones que se sienten. ¿Te has sentido así? Pero las emociones solo son eso, emociones, no son hechos, no es la realidad que muchas veces nos rodea. Por eso es de suma importancia buscar ayuda. ¿Es real lo que percibo con mi tristeza? ¿Todo esto que siento, lo produce mi realidad o mis pensamientos disfuncionales? Y aunque no siempre se puede repensar de manera lógica en momentos de dificultad mental, siempre hay pequeñas ventanas que se abren que te permiten saber que lo que sientes no es tu realidad.


Pedir ayuda es más barato que callar. Al final, cuando no se va en búsqueda de ayuda, se sangra sobre quien no te hirió. Al final, se le hace daño a quien más te ama. Ese bebé que te mira con ojos de rayitos de sol mañaneros. Mi amor, mis ojos de rayos de sol, ya pronto cumple 10 años. Sanar, cambiar los patrones de comunicación y recolectar con él es una tarea que me tomé muy enserio. Está comprobado que las madres en depresión durante etapas tempranas del embarazo y posparto afectan la socialización de sus bebés y la relación maternofilial. Es una decisión constante la de amar, cuidar, proteger y mantenerse consciente de los desafíos venideros, para ir tras la búsqueda de ayuda que necesitamos. Reparar corazones rotos, no es una tarea fácil. Pero no es tarde para sanar, no es tarde para involucrar a DIOS, no es tarde para conectar de nuevo con tus hijos, no es tarde para ser quien quieres ser como madre.


Siempre prepararse para el posparto trae consigo la habilidad de disminuir riesgos, la capacidad de saber a dónde ir en búsqueda de ayuda y la oportunidad de tener vidas conscientes para ser sinceras con nosotras mismas y el mundo. No está mal sentirte mal, en otras palabras, está bien si te sientes triste, si el posparto no es lo que esperabas o te sientes que tuviste expectativas irreales que no se cumplieron. A muchas les sucede. Pero aún hay esperanza, aún puedes continuar de manera distinta esta etapa. Invita a Dios a tu proceso y pide una mano ayuda. Te prometo que no te arrepentirás.


Por eso te quiero invitar al encuentro online (grabado en vivo) para mujeres embarazadas y familias en posparto. Donde estuve dialogando sobre cinco prácticas que mejorarán tu posparto. No solo recibirás la clase, sino también dos recursos adicionales como regalo. Si no estás embarazada o en posparto pero tienes a un familiar que sí, te pido que le compartas esta publicación.


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devocional, salud mental, posparto


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