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Muñeca Rota

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Marilyn Monroe es, sin duda, el mayor icono femenino del siglo XX. La rubia eterna, la mujer más deseada de la historia, el mayor icono de estilo. Nacida en Los Ángeles y con una truculenta infancia no exenta de abusos infantiles, Norma Jeane -su verdadero nombre- vivió en varios orfanatos y casas de acogidas después de que su madre fuera ingresada en un psiquiátrico.

 

Con 16 años se casó por primera vez. Decidió entonces dedicarse a la interpretación y cambiar su nombre por el apellido de su abuela materna. Su vida amorosa sería un constante ir y venir con varios y sonados fracasos matrimoniales –con el escritor Arthur Miller o el deportista Joe DiMaggio– y varias aventuras amorosas extraconyugales –incluidos una con el presidente de los EE. UU., J. F. Kennedy –.

 

A lo largo de su corta, pero intensa, carrera cinematográfica llegó a rodar 29 películas, algunas tan memorables como Los caballeros las prefieren rubias o La tentación vive arriba de Billy Wilder. Aunque nunca se hizo con un Oscar, ganó un Globo de Oro y varios premios Bafta. Sumida en una marea de desequilibrios mentales, la actriz fue hallada muerta el 5 de agosto de 1962 en la habitación de un hotel de Los Ángeles. Su autopsia confirmó que había sido una sobredosis de barbitúricos.

 

Marilyn pasará a la historia por ser el mayor de los mitos eróticos y culturales del siglo XX. Su estela y algunos de sus inconfundibles hábitos –como dormir sin más atrezzo que unas gotas de Chanel Nº5, como confesó en una entrevista para Life Magazine en abril de 1952 – siguen todavía muy vivos, algo que demuestran los constantes homenajes a su estética –de Madonna a Lady Gaga o Lindsey Lohan – y el constante repaso de su figura en películas como la estrenada en el 2011, Mi semana con Marilyn, en la que Michelle Williams devolvía a la vida a esta rubia eterna. O Blonde, la película en la que la actriz Ana de Armas encarna a la leyenda del cine.

 

También marcó la moda y la estética de toda una época. Gran fan de los zapatos de Ferragamo -llegó a tener 40 pares hechos a medida-, en un repaso por los momentos de estilo más famosos de Monroe encontraremos el vestido blanco con vuelo y cuello halter de La tentación vive arriba; el vestido duquesa en rosa con cuerpo de satén y guantes a juego de Los Caballeros las prefieren rubias, el vestido de cuentas brillantes de Con faldas y a lo loco, o el vestido de escote en uve y pedrería con el que cantó el cumpleaños feliz al presidente Kennedy.

 

Los vaqueros de cintura alta con pinzas para resaltar las curvas, las camisas blancas , los cuellos tipo polo, las faldas lápiz , los vestidos midi negros ajustados, los abrigos camel con cinturón o los anteojos de sol cat-eye son solo algunas de las prendas y accesorios que popularizó entre la sociedad del momento. Este libro nos muestra fragmentos de su turbulenta vida.

 
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