EL PELIGRO DE LOS DICTADORES PARA EL PLANETA
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No es fácil establecer un perfil psicológico de los dictadores, ya que solo con la observación y análisis de su comportamiento no se logra una exploración profunda.
Cualquier perfil psicológico llevado a cabo sin apoyo profesional es un tanto impreciso, sin embargo, en el libro se presentan al lector una serie de tipologías que sirven como modelo para asignar comportamientos de dictadores modernos y el grado de peligrosidad que pueden representar para el mundo.
Se parte de la premisa, de que en la medida de que no haya rotación en el poder de los Estados se conforma una dictadura, ya que esta se construye en torno de individuos que desean mantener un rol protagónico imponiendo su criterio en contra de una población que se rehúsa a que los siga dirigiendo con el argumento de haber sido elegidos “legítimamente”.
Las dictaduras puede que incluyan o no cierto grado de terrorismo de Estado, pero por lo general llevan implícita la confabulación conservando el apoyo de un grupo de personas que les permita mantenerse en el poder.
Son asociadas con la represión, y la violación de los derechos humanos, sin embargo, no muestran señales de fisura por lo que han perdurado en el tiempo gracias a que se perfeccionan cada vez más.
Muchos dictadores comparten rasgos de personalidad y es complejo predecir dónde nacerán los sistemas autoritarios y dónde persistirán, y lo más seguro es que siempre estén presentes con algún disfraz.
No todas las dictaduras conllevan a un incremento en la pobreza, por lo que a algunos no les desagrada vivir en ellas y por el contrario las aprueban en la medida que la calidad de vida sea aceptable y sostenible logrando incluso la “felicidad”, dando lugar a que permanezcan en el tiempo sin que los habitantes pongan mayor resistencia.
Para unos las dictaduras son nefastas mientras que para otros representan estabilidad y seguridad aun cuando el dictador se apropie de los recursos, si utiliza parte de ellos para dar un mayor bienestar a los ciudadanos, favoreciendo a un grupo reducido de personas de las cuales depende para mantener el control.
Cualquier perfil psicológico llevado a cabo sin apoyo profesional es un tanto impreciso, sin embargo, en el libro se presentan al lector una serie de tipologías que sirven como modelo para asignar comportamientos de dictadores modernos y el grado de peligrosidad que pueden representar para el mundo.
Se parte de la premisa, de que en la medida de que no haya rotación en el poder de los Estados se conforma una dictadura, ya que esta se construye en torno de individuos que desean mantener un rol protagónico imponiendo su criterio en contra de una población que se rehúsa a que los siga dirigiendo con el argumento de haber sido elegidos “legítimamente”.
Las dictaduras puede que incluyan o no cierto grado de terrorismo de Estado, pero por lo general llevan implícita la confabulación conservando el apoyo de un grupo de personas que les permita mantenerse en el poder.
Son asociadas con la represión, y la violación de los derechos humanos, sin embargo, no muestran señales de fisura por lo que han perdurado en el tiempo gracias a que se perfeccionan cada vez más.
Muchos dictadores comparten rasgos de personalidad y es complejo predecir dónde nacerán los sistemas autoritarios y dónde persistirán, y lo más seguro es que siempre estén presentes con algún disfraz.
No todas las dictaduras conllevan a un incremento en la pobreza, por lo que a algunos no les desagrada vivir en ellas y por el contrario las aprueban en la medida que la calidad de vida sea aceptable y sostenible logrando incluso la “felicidad”, dando lugar a que permanezcan en el tiempo sin que los habitantes pongan mayor resistencia.
Para unos las dictaduras son nefastas mientras que para otros representan estabilidad y seguridad aun cuando el dictador se apropie de los recursos, si utiliza parte de ellos para dar un mayor bienestar a los ciudadanos, favoreciendo a un grupo reducido de personas de las cuales depende para mantener el control.