
En la Tormenta
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".............Despegamos en una bellísima mañana ya poco de progresar nuestro vuelo, las condiciones meteorológicas comenzaron a deteriorarse, con la temprana aparición de actividad convectiva y sus nubes asociadas.
En un principio, advertimos la aparición de grandes cúmulos, muy desarrollados, llamados “cumulus congestus” y paulatinamente, observamos un proceso de transformación y crecimiento continuo, hasta tomar forma en el temido cumulunimbus, de base sombria y, en algunos casos, en su región superior, un gran penacho en forma de yunque.
Se estaban sucediendo delante de nuestro camino y también alrededor, en el aire de la corriente invisible cálida que subía rápidamente, encontrando cada vez menor presión dilatándose y enfriándose hasta que el vapor de agua comenzaba a condensarse en gotitas comenzando, entonces, a aparecer la nube a nuestros ojos; Ahora, el aire que ascendía dejaba de ser invisible y veíamos crecer la nube y comenzar a convertirse en un gran cúmulo potente, luego en un cúmulo congestus y finalmente, en un cumulonimbos, cuya abreviatura técnica es «CB» y que en el ambiente aeronáutico se la llama «Charlie Bravo».
Su gran desarrollo vertical, fuertes corrientes ascendentes y descendentes dentro de ella que provocan fuertes turbulencias, con la probable presencia de granizo y abundante precipitación ya veces, como en este caso, actividad eléctrica (rayos y truenos).
En un primer, consideramos que la situación, si bien era de atención y cuidado, nos permitiría avanzar prudentemente dado que utilizarían alternativas como Resistencia en condiciones operativas, para usarla en caso que juzgáramos inconveniente continuar el vuelo. Pero, lo cierto, es que muy rápidamente nos encontramos en un área de nubosidad, sin posibilidad de tener contacto visual con los CB y detectarlos a simple vista.
Ahora, podíamos ver, regueros de precipitación, verticales y oblicuos, que nacían en la parte inferior de las nubes y que, curiosamente, parecían no alcanzar la superficie del suelo.
Luego, sin proponernos, nos encontramos volando pronto dentro de la tormenta, atravesando una nubosidad compacta, comenzamos a observar relámpagos, mientras comenzaban a sentir los efectos de la turbulencia, aunque en realidad, el radar mostró que los núcleos de la tormenta aún estaban a distancia prudente del avión.
La luz de los relámpagos, se propagaba a gran distancia a través de la nubosidad y ahora, la turbulencia frecuente estaba asociada a fuertes vientos en altura ya la inestabilidad del aire......."
En un principio, advertimos la aparición de grandes cúmulos, muy desarrollados, llamados “cumulus congestus” y paulatinamente, observamos un proceso de transformación y crecimiento continuo, hasta tomar forma en el temido cumulunimbus, de base sombria y, en algunos casos, en su región superior, un gran penacho en forma de yunque.
Se estaban sucediendo delante de nuestro camino y también alrededor, en el aire de la corriente invisible cálida que subía rápidamente, encontrando cada vez menor presión dilatándose y enfriándose hasta que el vapor de agua comenzaba a condensarse en gotitas comenzando, entonces, a aparecer la nube a nuestros ojos; Ahora, el aire que ascendía dejaba de ser invisible y veíamos crecer la nube y comenzar a convertirse en un gran cúmulo potente, luego en un cúmulo congestus y finalmente, en un cumulonimbos, cuya abreviatura técnica es «CB» y que en el ambiente aeronáutico se la llama «Charlie Bravo».
Su gran desarrollo vertical, fuertes corrientes ascendentes y descendentes dentro de ella que provocan fuertes turbulencias, con la probable presencia de granizo y abundante precipitación ya veces, como en este caso, actividad eléctrica (rayos y truenos).
En un primer, consideramos que la situación, si bien era de atención y cuidado, nos permitiría avanzar prudentemente dado que utilizarían alternativas como Resistencia en condiciones operativas, para usarla en caso que juzgáramos inconveniente continuar el vuelo. Pero, lo cierto, es que muy rápidamente nos encontramos en un área de nubosidad, sin posibilidad de tener contacto visual con los CB y detectarlos a simple vista.
Ahora, podíamos ver, regueros de precipitación, verticales y oblicuos, que nacían en la parte inferior de las nubes y que, curiosamente, parecían no alcanzar la superficie del suelo.
Luego, sin proponernos, nos encontramos volando pronto dentro de la tormenta, atravesando una nubosidad compacta, comenzamos a observar relámpagos, mientras comenzaban a sentir los efectos de la turbulencia, aunque en realidad, el radar mostró que los núcleos de la tormenta aún estaban a distancia prudente del avión.
La luz de los relámpagos, se propagaba a gran distancia a través de la nubosidad y ahora, la turbulencia frecuente estaba asociada a fuertes vientos en altura ya la inestabilidad del aire......."