Durante años viví desde el esfuerzo.
Fui fuerte, eficiente, capaz… hasta que el cuerpo me dijo basta.
La ansiedad, el agotamiento y una profunda desconexión me llevaron a replantearme todo. Fue entonces cuando encontré el Yoga – no como una serie de posturas, sino como un camino de regreso al ser.
A lo largo de los años me formé como profesora de Yoga, me sumergí en la filosofía de Patanjali, trabajé con la respiración, la meditación y la conciencia corporal como herramientas de sanación.
Hoy acompaño a mujeres y hombres que, como yo, sienten que algo dentro de ellos pide pausa, verdad y dirección.
Mi enfoque es suave, íntimo, profundo.
No busco ofrecer soluciones rápidas, sino crear espacios donde puedas escucharte, sentirte, y transformar desde adentro.
Si has llegado hasta aquí, no es casualidad.
Tal vez este sea tu momento de volver a ti.