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LA SELVA SE MUERE

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Un papagayo fue designado por sus compañeros para que denunciara la destrucción de la selva.
Su capacidad para hablar con los humanos lo hacían el indicado, ya que manejaba bien su lenguaje.
Llevó evidencias ante un organismo internacional encargado de vigilar y proteger el planeta, para que tomaran cartas en el asunto, ya que había intereses oscuros que impedían que se detuviera la destrucción masiva de árboles, desplazando a las especies a lugares más alejados donde las condiciones de vida eran más difíciles.
El papagayo llevaba pruebas contundentes de la manera como estaban depredando los bosques, pero antes de efectuar la presentación le fueron sustraídas.
En vista de que no se pudieron mostrar las imágenes, no tuvo otro remedio que hacer gala de su oratoria, exponiendo con propiedad la problemática existente, siendo ovacionado por los presentes.
El foro se realizó con la mayoría de los mandatarios del mundo, sin embargo, no llegaban a un consenso, porque había países exportadores de madera que verían perjudicados sus intereses económicos.
Quienes se inclinaban por colocar restricciones, proponían que en el corto plazo se reglamentara la tala de bosques, mientras que los afectados por esa medida, consideraban que se debía dar un margen de tiempo mayor para evitar la pérdida de empleos que giraban en torno a dicha actividad.
Por fin llegaron a un acuerdo para regular la explotación arbórea en el mediano plazo, apoyando monetariamente a quienes dependían de la exportación maderera.
Una vez el papagayo retornó a la selva llevando la buena noticia, fue objeto de un atentado que desafortunadamente le costó la vida.
Los causantes del crimen fueron ricos hacendados e inversionistas que se lucraban de la madera, la minería ilegal y la ganadería que se vieron afectados por esa medida.
No hubo como comprobar su autoría por lo que la muerte del papagayo ambientalista quedó en la impunidad.
Con su coraje y lucha por la preservación de los ecosistemas, dejó un legado para las futuras generaciones.
Así comienza este cuento que no es cuento y por eso lo cuento.
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