Retrato de la Mujer Perfecta
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Buena ama de casa, virtuosa madre, excelente esposa y profesional, amiga de los suyos y con una personalidad avasalladora. Para qué hablar de un rostro hermoso y una figura envidiable, con un estilo propio al vestir. Ni mucho ni poco, sino que perfecto. Ante la dificultad que significa responder con todas las cualidades que se pueden esperar de una mujer, cabe preguntarse si realmente existe esa fémina perfecta.
La modernidad la agobia. Hoy la sociedad le impone ser una eficiente ama de casa, ser buena esposa, buena madre, buena amiga, tener buenas relaciones con sus padres y su propia familia… Si la mujer piensa que tiene que aceptar todos esos roles en forma perfecta, sería una maniaca, una narcisista.
Si asimila como un defecto el no poder cumplir con todos los patrones, tanto físicos como de su personalidad, tenemos a una persona que va a ir al psicólogo más o menos todas las semanas. Mientras que si es capaz de asumirse, de conocer sus virtudes y sus limitaciones, será una mujer que va a estar bien en la vida.
Este libro no muestra estadísticas de lo que al hombre le gusta de las mujeres, nada de eso. Lo que se detalla en sus páginas son las características positivas requeridas por nosotros, los varones, para que cumplan determinadas condiciones emocionales, sociales y sexuales, para preferirlas como compañeras o complementos en nuestras vidas.
Desde luego que existen tantas mujeres perfectas como hombres habitan este planeta. En cuanto a mujeres se refiere, hay hombres que prefieren un rostro lindo en vez de un cuerpo escultural, otros quieren un cuerpazo y una cara no tan bonita, algunos más exigentes desean el paquete completo cara/culo/tetas/piernas y, por supuesto, está el grupo al que le importa un carajo si son bonitas o si tienen buen cuerpo (de hecho, prefieren lo contrario porque asumen que la conquista requerirá menos esfuerzo y un beneficio más rápido).
Debido a esto, intentar generalizar a la mujer perfecta en términos físicos no es tan relevante (aunque, obviamente, todos deseamos estar con una que lo tenga todo), es por eso que este texto enriquecerá al hombre, el que podrá colocar un filtro e imponer un formato o estándar a la hora de perseguir a una dama, y además informará a la mujer sobre cuáles son las características que los varones buscan en ellas, para aliarse como amantes.
La modernidad la agobia. Hoy la sociedad le impone ser una eficiente ama de casa, ser buena esposa, buena madre, buena amiga, tener buenas relaciones con sus padres y su propia familia… Si la mujer piensa que tiene que aceptar todos esos roles en forma perfecta, sería una maniaca, una narcisista.
Si asimila como un defecto el no poder cumplir con todos los patrones, tanto físicos como de su personalidad, tenemos a una persona que va a ir al psicólogo más o menos todas las semanas. Mientras que si es capaz de asumirse, de conocer sus virtudes y sus limitaciones, será una mujer que va a estar bien en la vida.
Este libro no muestra estadísticas de lo que al hombre le gusta de las mujeres, nada de eso. Lo que se detalla en sus páginas son las características positivas requeridas por nosotros, los varones, para que cumplan determinadas condiciones emocionales, sociales y sexuales, para preferirlas como compañeras o complementos en nuestras vidas.
Desde luego que existen tantas mujeres perfectas como hombres habitan este planeta. En cuanto a mujeres se refiere, hay hombres que prefieren un rostro lindo en vez de un cuerpo escultural, otros quieren un cuerpazo y una cara no tan bonita, algunos más exigentes desean el paquete completo cara/culo/tetas/piernas y, por supuesto, está el grupo al que le importa un carajo si son bonitas o si tienen buen cuerpo (de hecho, prefieren lo contrario porque asumen que la conquista requerirá menos esfuerzo y un beneficio más rápido).
Debido a esto, intentar generalizar a la mujer perfecta en términos físicos no es tan relevante (aunque, obviamente, todos deseamos estar con una que lo tenga todo), es por eso que este texto enriquecerá al hombre, el que podrá colocar un filtro e imponer un formato o estándar a la hora de perseguir a una dama, y además informará a la mujer sobre cuáles son las características que los varones buscan en ellas, para aliarse como amantes.