Si alguna vez te has visto hablando con la tapa del portátil cerrada, o te has dado cuenta demasiado tarde de que llevas la camiseta del pijama puesta… este curso es para ti.

La videoconferencia ha llegado para quedarse. Y tú puedes usarla como una herramienta estratégica o seguir sufriéndola como una trampa mortal llena de fallos técnicos, interrupciones felinas y fondos de pantalla con playas pixeladas.

Aquí no se trata solo de “conectarte a Zoom”. Se trata de proyectar una imagen profesional, manejar el entorno, dominar la tecnología y, sobre todo, comunicar con claridad y presencia. Porque sí, una videoconferencia bien gestionada te hace destacar. Te asocia con alguien que se adapta, que cuida los detalles y que sabe comunicar incluso a kilómetros de distancia.

Vas a descubrir:

• Cómo preparar tu espacio (y a ti mismo) para causar una buena impresión desde el minuto uno.
• Qué detalles técnicos marcan la diferencia (micros, cámaras, fondos, luz... y sí, también el peinado).
• Qué hacer antes, durante y después de cada videollamada para no parecer un principiante.
• Trucos para que no te la juegue el WiFi, el gato o ese compañero que siempre entra gritando en la sala.
• Qué comportamientos suman... y cuáles restan (spoiler: masticar mientras hablas no ayuda).

Por qué es importante

Porque cada reunión virtual es una oportunidad para generar confianza, compartir tu mensaje y dejar huella. Y porque si vas a estar delante de una cámara, más te vale sacarle partido.

No necesitas un estudio de cine, ni un máster en ingeniería de redes. Solo necesitas saber qué hacer, cómo hacerlo y qué evitar.

• Te comunicas a menudo con clientes, equipos o colaboradores a distancia.
• Quieres optimizar tu tiempo, tu imagen y tus resultados.
• Estás harto de reuniones eternas que no llevan a nada.
• Y, sobre todo, si quieres que cuando alguien piense en profesionalidad digital… piense en ti.

La buena videoconferencia no se improvisa. Se entrena.

Y tú estás a un clic de empezar a hacerlo bien.

¿Te apuntas?

Foto de Gabriel Benois en Unsplash