Monseñor Bienvenu. De "Los Miserables".

Como Cervantes en el Quijote y Dostoievski en El Idiota, Víctor Hugo encarna en su personaje Monseñor Bienvenu la aspiración suprema del ser humano hacia el bien y la justicia. Su historia da inicio a la gran novela Los Miserables (1862), obra que inmortalizó a Víctor Hugo (1802-1885) y cuya primera parte, reproducida en este libro, bien puede leerse como relato propio. En ella el expresidiario Jean Valjean, endurecido después de 19 años de injusta prisión por robarse un pan mientras su familia pasaba hambre, sufre una conmoción espiritual al encontrarse con este hombre bondadoso y justo, que le perdona un robo, tras acogerlo y darle posada en su propia casa. Encuentro decisivo que transformará su vida. La figura de Monseñor Bienvenu es hoy tan inspiradora y sugestiva como cuando la concibió Víctor Hugo.
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«Lo que en aquel hombre resplandecía era el corazón. Su sabiduría era hija de la luz que aquél producía. Ningún sistema, muchas obras: tal era su conducta. No estudiaba a Dios; se deslumbraba contemplándole en sus obras. Monseñor Bienvenu no era un genio. Él prefería la travesía que abrevia: el Evangelio. Si se pasaban algunas horas a su lado, y a poco que se le viera pensativo, el buen hombre se transfiguraba poco a poco, y tomaba no sé qué de imponente. De aquella bondad se desprendía la majestad, pero sin que la bondad dejase de irradiar».

Víctor Hugo