Manifiesto libertario de educación

Este es un trabajo elemental, infantil incluso; está hecho con la convicción de que hay que hacerse como niños, según el precepto evangélico. Las cosas que aquí se dicen son demasiado simples y posibles como para que levanten ampollas. Tan acostumbrados estamos al caos, que lo ordenado y natural nos parece imposible. Tanto caminamos a gatas y de rodillas, que levantar la vista y erguir la marcha nos resulta osado, sorprendente y “Utópico”.

Peroentre los niños, todo está por ganar.

Comoeducadores, estamos comprometidos en ser niños y encontrarnos con los niños.Hemos abandonado el viejo prejuicio de que el infante es un adulto en potencia,para invertir la ecuación; consideramos al hombre – y sobre todo al educador –un niño en potencia.

Estoes lo que se contiene en las paginas siguientes. Son ellas un breviario deenseñanza anarquista. Un breviario no es un catecismo. Todavía son legión losque no aguantan la lectura de muchas páginas seguidas. A ellos se dirige esteescrito.

Un breviariosirve para ser superado por la práctica y por la teoría propia de quien lo lee,más que para crear un cuerpo de doctrina impersonal. Así que adelante.