Your Cart

EL REY LEÓN Y EL HIJO GAY

On Sale
$4.00 (20% off)
$3.20
Added to cart
La compañera del rey león había tenido una sola cría que fue creciendo en un ambiente natural, y era la esperanza del reino para que lo gobernara en un futuro cuando su padre llegara a la vejez.

 

Salía como de costumbre a jugar con sus amigos y mostraba mucha delicadeza, no le agradaba la brusquedad, por lo que fue objeto de burlas de los otros cachorros, lo que hizo que se apartara de ellos y se reuniera con las hembras, donde se encontraba a gusto.

 

A oídos del león llegaron rumores de su comportamiento y decidió enviarlo donde la lechuza que era la hechicera de la comarca. En ese lugar lo dejó para que permaneciera bajo su mirada experta y descubriera que sucedía con la cría.

 

Con el paso de los días la lechuza se dio cuenta que el cachorro se inclinaba para estar con las crías hembras y no le agradaba permanecer con los machos.

Luego de varias semanas regresó el rey león para conocer sus impresiones y la lechuza le manifestó que el pequeño tenía un comportamiento homosexual.

 

El soberano se puso furioso al saber eso y no le creyó, por el contrario, la amenazó con comérsela si seguía diciendo tamaño disparate.

 

Se llevó a su única descendencia para entrenarlo en las labores de gobernar. Las leonas se encargaron de enseñarle a cazar, pero al pequeño no le agradaba eso.

 

 Detestaba ver la sangre de las presas y volteaba la cabeza para otro lado y no ver cómo se las comían.

Cuando llegó su turno de practicar con un cachorro de antílope que pusieron a su disposición para que lo matara, el solo se le abalanzó y lo mordisqueaba suavemente, no quería hacerle daño.

 

El progenitor al enterarse de su comportamiento, se encontraba muy ofendido por lo que sucedía con su hijo, no podía creer lo que estaba pasando y se rehusaba a pensar que fuera gay.

 

Cuando se reunía con sus amigos estos murmuraban por lo que ocurría con el pequeño, pero nadie se atrevía a comentar nada por temor al soberano. 

El rey se halaba la barba por la preocupación, no sabía qué hacer, entonces decidió esperar a que creciera con la esperanza de que eso solo fueran cosas de la infancia. 

 

Así comienza este cuento que no es cuento y por eso lo cuento.
You will get a PDF (499KB) file