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Bienvenidos a Edén: arte, discapacidad y resiliencia en el mundo de las barreras

Como melómana, me resulta difícil imaginar cómo sería vivir sin poder escuchar. Para mí, la música es un refugio, un espacio donde las emociones encuentran su mejor forma de expresión. Pero ahí fuera, hay artistas que, más allá de la belleza que son capaces de crear, enfrentan barreras que pocos podrían imaginar. No solo han de romper estigmas laborales que consideran las artes "poco serias", como el teatro, la danza o la escritura, sino que también deben buscar constantemente formas de integración en un mundo que, a menudo, no está preparado para ellos.


Pienso en actores sordos como James Caverly interpretando a Theo Dimas en la serie Only Murders in the Building, y Marlee Matlin a la cual descubrí en un documental What the bleep do we know? (aun recuerdo el guiño biológico a Robert Palmer) y que me siguió fascinando a través de sus papeles en CODA y Children of a Lesser God (Hijos de un Dios Menor), proyectos audiovisuales en los que estos artistas nos muestran cómo las limitaciones físicas no son un obstáculo para la creatividad y el talento. Estos actores no solo interpretan, sino que también rompen estereotipos, demostrando que no es la discapacidad lo que los define, sino su capacidad para contar historias. De la misma manera, la serie española Bienvenidos a Edén incluye personajes que reflejan la diversidad, como Carlos Soroa, subrayando la importancia de que todas las personas tengan un lugar en el arte y la cultura.


Arte por sordos: poesía y música más allá del sonido

La idea de "poesía para sordos" o "música para sordos" puede parecer una paradoja, pero es todo lo contrario. Muchos artistas sordos han encontrado maneras de hacer poesía visual, empleando la lengua de signos y las expresiones corporales como sus herramientas para dar forma al verso. Un ejemplo de esto es la poesía signada, que usa el lenguaje de signos para crear composiciones visuales, aprovechando el cuerpo como medio de expresión poética.


Y en cuanto a la música, los sordos no están fuera de su alcance. Existen plataformas de conciertos donde las vibraciones son protagonistas, permitiendo que las personas sordas "sientan" la música de una forma diferente, pero igual de intensa. Estos eventos incluyen luces y vibraciones potentes que hacen que la experiencia musical sea más sensorial. Así, la música trasciende el oído y se convierte en una experiencia corporal.


La sociedad que discapacita

Aunque algunos hogares y espacios han sido adaptados para las personas con discapacidades (sin apenas ayudas para subvencionar esas costosas remodelaciones de sus casas), la verdadera prueba comienza cuando salen al mundo. En muchos casos, no son sus limitaciones físicas o sensoriales las que los frenan, sino una sociedad que sigue imponiendo barreras.


En mi propio edificio, por ejemplo, el ascensor no llega hasta la planta baja del portal. Si quisiera ensayar un concierto en mi casa con mi amiga con discapacidad de movilidad, no podría. Y este es solo uno de los muchos ejemplos. Las infraestructuras deficientes son un recordatorio constante de que no hemos avanzado tanto como creemos.


También os comparto la historia de una compañera y colega de universidad con problemas de visión. El vicerrector le sugirió que abandonara la carrera de sus sueños, Bioquímica, argumentando que enfrentaría demasiadas “molestias prácticas” (cosa muy similar le sucedió a mi amiga del párrafo anterior, pero esta vez en la otra punta de España por tener claro que quería volcarse en la Medicina). O la de una niña de mi ciudad natal a la que un doctor obligaba a ponerse un implante coclear, pese a que ella y su familia preferían comunicarse en lengua de signos. Esta falta de respeto por las decisiones personales y familiares muestra cuán arraigada está la idea de que solo hay una forma "correcta" de vivir y comunicarse.


Y no se trata solo de barreras físicas o auditivas. Las dificultades emocionales y condiciones de salud mental también encuentran poca comprensión en el entorno laboral. La madre de una amiga, trabajadora en un kiosco, se enfrentó a un ambiente hostil en el que propietaria y encargado hicieron gala de una nula profesionalidad y humanidad. Peor aún, he escuchado historias terribles, como la de una persona contratada por su grado de discapacidad en una empresa de limpieza, solo para ser tratada con crueldad por su jefe, hasta el punto de ser empujada por unas escaleras en plena faena y despedida injustamente para así no pagarle lo que le debía.


El superpoder de la resiliencia

Vivimos en una sociedad que, en muchas ocasiones, está más discapacitada que las propias personas a las que trata de "corregir". Sin embargo, hay algo que estas experiencias pueden forjar en aquellos que se atreven a seguir adelante: la resiliencia. Esa capacidad de resistir, de hacer frente a las adversidades con la mente clara, sabiendo que no te van a pisotear por mucho que lo intenten, se convierte en un verdadero superpoder.


La resiliencia es un músculo que se entrena. Requiere trabajo, apoyo y la certeza de que no estás solo. Hay muchas personas que, con dificultades similares, siguen luchando por sus sueños, desafiando las barreras que les pone la sociedad. Y si tienes claro que lo tuyo es el arte, no te rindas, porque si algo nos ha demostrado la historia es que el que la sigue, la consigue.


¿Y si el arte es tu camino?

Si has nacido con una discapacidad o la has adquirido más adelante, y sientes que tu camino está en el arte, ya sea la música, la actuación, la danza o la escritura, no te des por vencido. El arte no solo tiene el poder de romper barreras, sino también de cambiar percepciones. Hay artistas magníficos que han encontrado su lugar, a pesar de las piedras que les ha puesto la sociedad. Algunos ejemplos son los compositores que no pueden oír su propia música, los bailarines que interpretan con sillas de ruedas, los escritores que transforman sus dificultades en narraciones inspiradoras.


Tienes el derecho de ser quien quieras ser, con o sin barreras. Y para quienes hemos sido privilegiados en términos de movilidad, audición, visión, estabilidad emocional o mental, es nuestra responsabilidad hacer todo lo posible por derribar las barreras que aún persisten en nuestra sociedad.


Palabra Titánica

Este es un llamado a la resiliencia, a la lucha por tus derechos y sueños, sin importar las dificultades que enfrentes. Si bien la sociedad puede parecer podrida a veces, hay un poder inmenso en cada individuo que se niega a ser derrotado. Lo tuyo puede ser el arte, la música, la danza o cualquier otra pasión que te mueva. Si es así, persiste, porque lo que haces es valioso, no solo para ti, sino para todos nosotros.


En este Edén a medio hacer del siglo XXI, donde aún persisten barreras invisibles y visibles, quienes las superan se convierten en los verdaderos titanes, en los verdaderos Titánicos..


Un abrazo inmenso 💛



Dibujos animados caminando. Pingüino rayado azul y blanco, pájaro amarillo con gorrito, y gato marrón con pijama rayado blanco y rojo

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