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Cámara de cine

Cine que remueve

Querida familia Titánica, el cine tiene la capacidad única de desnudar emociones, desafiar creencias y, a veces, sacudirnos con su intensidad. Desmontando un elefante, Casa en llamas y As bestas son tres películas recientes que, aunque diversas en estilo y temática, comparten una narrativa visceral y profundamente humana.


Desmontando un elefante: la introspección como espectáculo

Esta obra es un caleidoscopio emocional. Dirigida con mano maestra, se centra en el peso de las expectativas, simbolizado en su título por el elefante proverbial: algo gigantesco que nadie quiere enfrentar.


A través de una narrativa fragmentada, seguimos a un protagonista que lucha contra el colapso de su identidad en un entorno que exige perfección. La película mezcla diálogos profundamente filosóficos con momentos visualmente abrumadores, dejando al espectador en un estado de reflexión.


Casa en llamas: el hogar como prisión y liberación

Este filme se convierte en una metáfora ardiente de las dinámicas familiares, explorando el concepto de hogar en sus múltiples capas: refugio, prisión y, a veces, un lugar de combustión. La historia sigue a una familia en crisis mientras intentan sofocar tanto los fuegos literales como los emocionales que los rodean. La dirección se destaca por su uso de luces y sombras, reflejando el calor y la fragilidad de los vínculos humanos.


El elenco ofrece interpretaciones íntimas y crudas, con personajes atrapados entre el deseo de escapar y la necesidad de pertenecer. Es una película que resuena profundamente con quienes han sentido que el hogar puede ser tan acogedor como destructivo.


As bestas: el rostro brutal de la convivencia

Dirigida por Rodrigo Sorogoyen, As bestas es un thriller rural que desentraña la fragilidad de la convivencia en un entorno aparentemente apacible. Inspirada en hechos reales, esta película captura con intensidad la lucha de una pareja extranjera que decide establecerse en un pueblo gallego, solo para enfrentarse a una creciente hostilidad de los locales.


La tensión se construye a través de un guion meticulosamente trabajado y actuaciones soberbias. La fotografía retrata la belleza agreste de los paisajes gallegos, en contraste con la violencia latente entre los personajes. Sorogoyen no solo cuenta una historia de conflicto territorial, sino que explora los límites del entendimiento humano y las barreras culturales.


La guitarra flamenca de Yerai Cortés: una voz musical sin palabras

Acompañando este panorama de emociones está Yerai Cortés, quien con su guitarra flamenca lleva al oyente a un viaje profundo y visceral. Cada nota y cada rasgueo parecen contar una historia, conectando el arte musical con las emociones más humanas. Yerai no solo honra la tradición flamenca, sino que la reinventa, ofreciendo algo fresco y emocionante. Su música, igual que las películas mencionadas, no teme a la intensidad ni a la verdad.


Reflexionar sobre la obra de Yerai es también entender el poder del arte para trascender lo cotidiano y adentrarse en lo sublime. En sus cuerdas resuena no solo el eco de una tradición centenaria, sino también un diálogo contemporáneo que nos invita a conectar con nuestra propia humanidad. Es un recordatorio de que el arte, en cualquiera de sus formas, tiene la capacidad de unirnos y movernos más allá de nuestras limitaciones.


Un hilo común: humanidad sin adornos

A pesar de sus diferencias, estas películas comparten un interés por lo visceral sin temor a desafiar las emociones más profundas ni miedo a exponer verdades incómodas: relaciones que arden, conflictos que hieren y verdades que escapan a los convencionalismos. Desmontando un elefante aborda la psique personal; Casa en llamas, desnuda los lazos y conflictos familiares; As bestas, encara la violencia social; y La guitarra flamenca de Yerai Cortés pone banda sonora al alma.


Cada una invita al espectador a mirar más allá de lo superficial y reflexionar sobre las heridas abiertas que todos llevamos dentro. En un panorama cinematográfico donde la superficialidad a veces domina, estas obras nos recuerdan que el cine, en su forma más pura, es un espejo honesto de nuestra humanidad.


¿Hasta dónde estamos dispuestos a llegar para enfrentarnos a nuestras propias bestias y fuegos internos? ¿Qué elefantes aguardarán en tu próximo encuentro con el arte? ¿Y qué melodías pondrás para abordar el camino? El cine nos ayuda, al menos, a encontrar las preguntas correctas.



Pingüino rayado azul y blanco, pájaro amarillo con gorrito, y gato marrón con pijama rayado blanco y rojo

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