Querida familia Titánica, la coreografía es un arte efímero, una creación que existe en el movimiento, el espacio y el tiempo. A diferencia de un libro o una fotografía, no se queda inmóvil, sino que se despliega en el instante, desapareciendo y renovándose constantemente. Por eso, crear una coreografía es un proceso que, aunque intangible en su esencia, requiere una mezcla profunda de inspiración, técnica y planificación. Se trata de conectar lo etéreo con lo concreto, la emoción con el sistema, y la improvisación con la estructura.
1. Exploración y grabación: la etapa experimental
El proceso creativo de una coreografía a menudo comienza con la exploración. En esta fase, la espontaneidad y la experimentación juegan un papel clave. A menudo, los coreógrafos y bailarines se graban mientras prueban movimientos, improvisan, o experimentan con diferentes ritmos y estilos. Esta grabación no solo sirve como una herramienta de memoria, sino también como un recurso visual que puede ser analizado más tarde. El objetivo es encontrar momentos inesperados, gestos que surgen de forma orgánica y que pueden convertirse en la base de una secuencia o una narrativa.
2. Confianza y trascendencia: crear con corazón 💛
Para los creadores, tanto nuevos como experimentados, la creación coreográfica exige confianza. Es esencial conectar con diferentes personajes y emociones, no solo los externos, sino también los internos. Aquí es donde la danza trasciende lo físico para convertirse en una forma de autoexpresión y narración. Un coreógrafo puede extraer de sus propias vivencias, emociones o incluso personajes imaginarios para moldear el movimiento. Este acto de creación implica riesgo y vulnerabilidad, ya que se exponen partes íntimas de sí mismo en cada movimiento.
3. Inspiración en todas partes: el nexo creativo
La inspiración para una coreografía puede surgir de cualquier lugar: una pieza musical, una obra de teatro, un poema, un paisaje o incluso una conversación. El coreógrafo busca crear una narrativa o una atmósfera que entrelace todos los elementos que componen una representación: la música, los ritmos, las luces, la escenografía, el vestuario. El desafío radica en crear un nexo entre estas historias aparentemente dispares, tejiendo una coherencia en la narrativa de la danza que le dé profundidad y significado.
4. Pasión, sencillez y sistema: el rol de la técnica
Aunque la danza es arte, no está exenta de un componente técnico. La pasión y la creatividad deben alinearse con un sistema estructurado, donde las proporciones, las coordenadas, y los tempos son cruciales para el diseño coreográfico. Como en las matemáticas, estas medidas y estructuras permiten que una coreografía mantenga su forma y coherencia. La idea de que el arte y las matemáticas están reñidos es un mito: en la danza, ambos se complementan.
Software como herramienta técnica:
- Kinovea. Útil para analizar el movimiento corporal de manera detallada, midiendo ángulos, distancias y tiempos. Te permite estudiar el gesto y la técnica desde un enfoque tanto cualitativo como cuantitativo.
- ELAN. Una herramienta valiosa para realizar anotaciones y transcripciones de grabaciones coreográficas, ideal para análisis e investigación.
- Graphic Dance/ICESD. Permite analizar los elementos escénicos (tiempo y espacio) y estructurar relaciones entre bailarines, vestuario, iluminación y escenografía.
5. Investigación y documentación: profundizando en el arte de la danza
Crear una coreografía no solo implica moverse, sino también investigar. Identificar información de diversas fuentes documentales, como artículos científicos, vídeos o bases de datos, permite enriquecer el proceso creativo. El análisis de las interpretaciones en danza, el simbolismo del espacio escénico y las nuevas metodologías pedagógicas ayudan a comprender la danza en un nivel más profundo.
Este enfoque investigativo permite a los coreógrafos no solo innovar, sino también entender y respetar las raíces históricas y culturales de la danza.
6. Teoría, análisis e investigación: los tres pilares fundamentales
Teoría de la danza
Es fundamental conocer los diferentes espacios escénicos y técnicas a lo largo de la historia. La pedagogía de la danza y la teoría detrás de los estilos ayudan a comprender las raíces y cómo estas influencias se pueden adaptar a nuevos contextos.
Análisis de la danza
El análisis profundo de la relación entre música, movimiento, diseño coreográfico y escénico es crucial. Utilizar el software mencionado facilita una visión técnica y artística que, sumada a la observación, permite optimizar la creación.
Investigación en danza
Saber buscar información y analizar críticamente los resultados permite explorar nuevas formas de expresión en la danza, implementando tanto enfoques científicos como artísticos.
7. La conexión con el público: un arte cercano y personal
Una coreografía no está completa hasta que se conecta con el público. El espectador es una parte esencial del proceso creativo. La interacción emocional entre el bailarín y el público convierte la danza en una experiencia compartida y, muchas veces, el coreógrafo debe ser capaz de reírse de sí mismo. La danza es arte, pero también es humanidad.
8. Conclusión: un viaje entre la exploración y la técnica
El proceso creativo de una coreografía es un delicado equilibrio entre lo etéreo y lo técnico, la improvisación y la estructura. Es un viaje que empieza con la observación y la curiosidad, y que culmina en una obra que no solo mueve cuerpos, sino también emociones. Desde la experimentación hasta la investigación técnica, la creación coreográfica es un acto que requiere pasión, trabajo, sencillez y un sistema organizado.
En definitiva, lo que queda es la magia del movimiento, donde la complejidad técnica se disuelve en la fluidez del arte.
P.D.: abrir la cremallera, ¡y sacarlo todo fuera!