Carrito de la compra
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Tazón de sopa, lentejas y cuchara de palo

El caldo de la identidad: un gag publicitario para reflexionar

[La escena comienza en un estudio de grabación. Una modelo elegante sostiene una hoja aparentemente infinita mientras se dirige a cámara.]

Modelo:

"Los ingredientes para nuestro exclusivo caldo de verduras son..."

[Pausa dramática. Sonríe a cámara.]

"Apio, zanahoria, cebolla, puerro, chirivía..."

[La cámara empieza a hacer zoom lentamente mientras la modelo sigue enumerando.]

"Calabacín, nabo, perejil, albahaca, tomillo, orégano, pimientos verdes, rojos y amarillos, judías verdes, champiñones..."

[Un técnico detrás de cámaras intenta disimuladamente pasarle un vaso de agua. La modelo lo ignora y sigue leyendo, con un tono mecánico.]

"...calabaza, hojas de laurel, semillas de mostaza, raíz de cúrcuma, jengibre fresco, estragón, cilantro, tallos de brócoli..."

[La cámara corta a otro ángulo. En el fondo, se ve cómo un set de filmación se desmorona: un foco cae, alguien tropieza con un cable, pero la modelo sigue impasible.]

"...col china, espinacas, col rizada, hinojo, tomates secos, patatas, guisantes frescos, lentejas naranjas, maíz dulce..."

[Un asistente pasa por detrás, vestido de zanahoria gigante, persiguiendo a alguien con una bata de chef. Se oye una discusión acalorada, pero la modelo sigue.]

"...cebolla morada, ajo, hojas de apio, hojas de remolacha, algas kombu, nabo dulce, alubias blancas, alubias pintas, alubias negras..."

[Un perro entra al plató, se sube a una mesa y empieza a comer del bol de utilería. Nadie parece capaz de detenerlo. La modelo sigue leyendo, imperturbable.]

"...ramas de romero, hojas de salvia, zanahorias baby, col lombarda, chalotas, rábanos, raíz de perejil..."


La identidad como un caldo sin fin

Al igual que este ridículo caldo interminable, nuestra identidad se compone de una lista de ingredientes que nunca deja de enriquecerse:

  • Tu familia. Un puñado de cebollas y zanahorias, lo básico.
  • Tus experiencias. Ese toque de jengibre o cúrcuma que le da sabor a todo.
  • Tus intereses y pasiones. Esas hierbas aromáticas que no todos entienden, pero que hacen único tu caldo.
  • Tus contradicciones. Como el chocolate rallado que alguien inexplicablemente pone en una sopa (¡y funciona!).


Y así seguimos, añadiendo capas de sabores, aromas y texturas con cada decisión, cada vivencia y cada relación. Pero, ¿cuándo dejamos de cocinar? Nunca. Nuestra receta está siempre en evolución.


Eso sí, no todo el mundo es fan del caldo. Hay quienes, como nuestra querida Mafalda, lo ven como una imposición, algo que no eligieron. Pero ahí está el truco: la sopa de tu identidad no tiene por qué ser aburrida ni ajena. A diferencia de las verduras obligatorias del comedor, tú decides qué ingredientes te representan. Y, si hace falta, puedes cambiar la receta las veces que quieras.


Volvemos al set de grabación

[La modelo sigue enumerando. Ahora su voz suena un poco ronca, pero no se detiene.]

"...semillas de chía, hongos shiitake, puerros silvestres, raíz de apio, menta fresca, corteza de limón, granos de pimienta negra, cardamomo, anís estrellado..."

[Un grupo de personas en el fondo empieza a aplaudir. La modelo finalmente se detiene, baja el papel y mira al director.]

Modelo:

"¿Ya puedo parar?"

Director:

"Espera, faltó el apio. Desde el principio."

[Corte a negro con el lema del anuncio.]


Mensaje final: "La receta perfecta no existe, pero siempre será tuya"

Tu identidad es tu caldo. No importa cuánto tarde en prepararse, mientras sigas experimentando y aceptando los ingredientes que te hacen único, estarás cocinando algo extraordinario. Y si no te gusta el caldo, como Mafalda, no te preocupes: puedes convertirlo en algo diferente y mejor para ti. No dudes en seguir añadiendo sabor a tu vida 💛



Pingüino rayado azul y blanco, pájaro amarillo con gorrito, y gato marrón con pijama rayado blanco y rojo

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