Queridos Titánicos, hoy vamos a tirar de leyendas, y ya que nos ponemos que sean griegas. En el tejido de su mitología, se encuentra la historia de Pigmalión, el escultor y rey de Chipre que, con un toque artístico excepcional, talló una estatua de marfil de una mujer tan hermosa que se enamoró perdidamente de su propia creación. Sus deseos y oraciones llevaron a que la estatua cobrara vida en un acto divino. Siglos después, en el mundo de la psicología y la interacción humana, nació el efecto Pigmalión, basándose en esta historia que captura la esencia de la creación, las expectativas y su influencia.
El término efecto Pigmalión se originó en la década de 1960 cuando los psicólogos Robert Rosenthal y Lenore Jacobson llevaron a cabo un estudio que revelaría una verdad poderosa sobre cómo nuestras expectativas pueden dar forma a los logros y el comportamiento de los demás. En un experimento escolar, los maestros fueron informados de que ciertos estudiantes habían sido identificados como buenos aprendices, lo que en realidad no era cierto, ya que estos estudiantes habían sido seleccionados al azar. Los resultados sorprendieron: los estudiantes etiquetados como buenos aprendices mostraron un aumento significativo en su rendimiento, respaldando la idea de que las expectativas pueden moldear las realidades.
La relación entre el efecto Pigmalión y la creatividad es innegable. Los creadores y artistas a menudo se ven influenciados por las expectativas, tanto internas como externas. Si se espera que alguien produzca algo extraordinario, esa creencia puede convertirse en un motor para la creatividad. Por otro lado, las dudas y las expectativas negativas pueden inhibir la capacidad de un artista para expresarse plenamente.
Esta dinámica también se extiende al trato que nos dispensamos a nosotros mismos y a los demás. Las palabras que pronunciamos, las creencias que internalizamos y las expectativas que establecemos pueden influir en nuestro desempeño y en el de aquellos que nos rodean. Si se espera que alguien tenga éxito, es más probable que se comprometa en formas que conduzcan a ese éxito. Si creamos un entorno en el que las expectativas son positivas y enriquecedoras, es más probable que las personas se desarrollen.
En un mundo impulsado por la competencia y la comparación constante, la idea de crear espacios seguros y grupos de apoyo, como los propuestos por el libro Wishcraft, toma un nuevo significado. Estos entornos no solo fomentan el crecimiento personal, sino que también actúan como cámaras de resonancia para el efecto Pigmalión. Cuando rodeamos a alguien con apoyo y expectativas saludables, creamos un terreno fértil para el florecimiento creativo y el bienestar emocional.
En el contexto del mundo de la creatividad y el arte, el efecto Pigmalión puede ser aplicado de varias maneras:
- Apoyo y confianza. Si un maestro, mentor o incluso uno mismo espera que uno tenga éxito y muestra confianza en sus habilidades creativas, es más probable que esa persona se sienta motivada y tenga una mayor confianza en sí misma. Esto puede llevar a una mayor exploración y expresión creativa.
- Expectativas positivas. Cuando se espera que alguien produzca obras creativas de alta calidad, es más probable que esa persona se esfuerce más y se enfoque en su trabajo de manera más diligente para cumplir con esas expectativas. Esto puede conducir a un mayor nivel de excelencia en la creatividad.
- Estímulo de la innovación. Si en un entorno creativo se fomenta la idea de que las nuevas ideas son bienvenidas y se espera que los artistas o creadores aporten algo único, es más probable que se sientan motivados a explorar nuevas vías y a experimentar con diferentes enfoques.
- Confianza en la experimentación. Siguiendo el punto anterior, cuando uno se siente respaldado y sabe que sus intentos creativos serán apreciados, es más probable que se atreva a probar cosas nuevas, incluso si implica enfrentar la posibilidad de fracaso inicial. Esto puede conducir a un mayor riesgo creativo y, a menudo, a resultados más transgresores.
- Desarrollo del potencial. El efecto Pigmalión puede ayudar a desbloquear el potencial creativo oculto en una persona. Cuando se le brinda a alguien el espacio y la expectativa de que puede mejorar y crecer en su creatividad, es más probable que se embarque en una trayectoria de desarrollo personal.
El efecto Pigmalión nos recuerda que nuestras palabras, expectativas y creencias son poderosas. Como creadores y como seres humanos, tenemos la capacidad de influir en el mundo que nos rodea a través de nuestras percepciones y proyecciones. Al reconocer la conexión entre nuestras expectativas y los logros de los demás, estamos listos para utilizar este conocimiento en pro de crear un entorno enriquecedor y positivo en el que todos tengamos la oportunidad de prosperar. Familia Titánica, en definitiva se trata de reconocer y aprovechar el poder que reside en nuestras manos para construir realidades, transformar vidas y alimentar la creatividad de formas inimaginables.
Y hablando de estatuas, me despido con Radio Futura, unos pigmalioners de primera 💛