¿Existe realmente un mapa de tu vocación? ¿Un plan predeterminado que te guía hacia aquello que deberías hacer en la vida? Vamos a buscar respuestas, queridas y queridos Titánicos. Algunos dirán que sí, que hay señales desde el principio que muestran hacia dónde te diriges. Otros, más escépticos, creen que esa "vocación" es algo que se va construyendo con el tiempo. Y luego estamos los que dudamos: aquellos que, en lugar de seguir un camino recto y claro, nos perdemos entre atajos, vueltas y caminos sin salida, preguntándonos si alguna vez llegaremos a ese destino.
Lo que está claro es que, si bien algunos pueden sentir que tienen un destino marcado, muchos de nosotros tenemos que crearnos nuestro propio mapa, esos planos que que se adapten a nuestras habilidades, sueños y posibilidades.
Empezar por el tejado
Si eres de los que prefieren empezar por el tejado, entonces ya sabes que los enfoques tradicionales no son lo tuyo. Y está bien. Algunas personas tienen una visión clara de lo que quieren construir, pero no saben cómo empezar desde los cimientos. Y, en lugar de esperar hasta tener todos los ladrillos, prefieren imaginar la estructura final y construir desde arriba.
Este enfoque tiene su encanto. En lugar de quedarte atascado en los detalles iniciales (¿qué carrera elegir?, ¿en qué empresa trabajar?), decides visualizar el resultado. ¿Qué tipo de vida quieres? ¿Qué valores quieres que marquen tu día a día? Imagina el tejado: el momento en que tu vida profesional y personal estén alineadas, en armonía, como si todo hubiese tenido sentido desde el principio. Ahora, con esa imagen en mente, puedes empezar a bajar a los detalles, a los ladrillos que formarán la base de tu proyecto.
Los ladrillos que usas
El siguiente paso es decidir qué ladrillos quieres usar. ¿Cuáles son los valores, habilidades y experiencias que necesitas para construir esa vida que has imaginado? A menudo, nos concentramos demasiado en los títulos o los trabajos "ideales" y olvidamos que nuestra vocación no se trata solo de lo que hacemos, sino de cómo lo hacemos.
Los ladrillos pueden ser tan diversos como tú. Tal vez quieras aprender nuevas habilidades, como la escritura o la programación. O tal vez tus ladrillos son más personales: desarrollar la paciencia, el liderazgo o la empatía. Lo importante es que los elijas tú, y no porque sientas que es lo que otros esperan de ti.
¿Qué casas quieres construir?
Al crear tu propio mapa de vocación, la pregunta clave es: ¿Qué tipo de casas quieres construir? Cada casa representa un aspecto de tu vida: tu carrera, tus relaciones, tus pasiones. No tienes que elegir solo una. Puedes querer una casa para tus sueños creativos, otra para tu desarrollo personal, y tal vez una tercera donde puedas descansar y disfrutar del presente.
Lo esencial es que esas casas sean coherentes con tus valores. No construyas una vida que no refleje quién eres o lo que realmente te importa. A menudo, terminamos trabajando en proyectos o relaciones que parecen atractivos en el exterior, pero que no nos llenan. El truco está en asegurarte de que los ladrillos que elijas construyan algo que resuene con lo que realmente deseas.
¿Existe un mapa predeterminado?
La verdad es que no hay un mapa universal de la vocación que puedas seguir al pie de la letra. Cada persona tiene un camino diferente, con sus propios desafíos, aprendizajes y descubrimientos. Pero eso no significa que estés a la deriva. Puedes crearte tu propio mapa, y eso puede ser incluso más valioso.
El truco está en permitirte explorar sin presión. Prueba diferentes caminos, experimenta con distintas formas de construir tu vida, y no te preocupes si un ladrillo no encaja o si un techo se derrumba. Hay cemento de sobra. Cada intento fallido te acerca más a tu verdadero propósito.
La tensión entre expectativas y realidad
Un error común es caer en la trampa de las expectativas ajenas. Quizás, en tu mapa, una casa en la que pensabas trabajar estaba diseñada por lo que otros esperan de ti, ya sea una carrera estable o una relación perfecta. Pero cuando te sientas a pensar en lo que realmente quieres, te das cuenta de que no encaja.
Por eso, es fundamental ser honesto contigo mismo. Deja de lado lo que "deberías" hacer y pregúntate qué es lo que realmente deseas. Tal vez descubras que no quieres la gran mansión que todos imaginaban para ti, sino una pequeña casa acogedora que te haga sentir en paz.
El poder de redibujar el mapa
Una de las ventajas de crear tu propio mapa de vocación es que siempre puedes redibujarlo. La vida cambia, y tus intereses y valores también pueden hacerlo. Está bien si la casa que querías construir a los 20 ya no es la que deseas a los 40. La flexibilidad es una de las mejores herramientas que puedes tener en tu kit de construcción personal.
Cada vez que sientas que te has desviado o que has construido algo que ya no te representa, simplemente siéntate y redibuja tu mapa. Nunca es tarde para cambiar de camino o empezar de nuevo.
Conclusión: el mapa lo creas tú
En resumen, el mapa de tu vocación no tiene por qué ser algo que encuentres ya hecho, ni mucho menos algo que otros diseñen por ti. Es un proceso de autoconocimiento y creación. Puedes empezar por el tejado o por los cimientos, siempre y cuando los ladrillos que uses reflejen lo que realmente quieres en la vida.
Recuerda: no tienes que seguir los caminos marcados, puedes trazar tu propio mapa. Y cuando lo hagas, construye con propósito, pasión y autenticidad. Porque, al final la casa más importante que construirás es la de tu propia vida 💛