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Ojos castaños de chica

La niña que no hablaba: el poder de encontrar tu voz

Había una niña en un pequeño pueblo, rodeada de montañas y flores silvestres, cuya presencia siempre fue un misterio para los que la rodeaban. Nadie sabía por qué no hablaba, pero todos la observaban. A veces, sus ojos brillaban como el amanecer, llenos de una curiosidad profunda que parecía extenderse más allá de su corta edad. Y, sin embargo, sus labios nunca se abrían.


Los adultos murmuraban. "Es tímida", decían unos. "Es rara", comentaban otros. Los niños no entendían, pero respetaban su silencio. A menudo la veían sentada, inmóvil, observando el mundo con una intensidad que desbordaba todo lo que los demás eran capaces de sentir.


Pero lo que nadie sabía era que, dentro de aquella niña callada, había un mundo entero esperando ser expresado. No era falta de palabras, sino una sensibilidad tan profunda que no encontraba un canal por donde salir. Sus pensamientos eran demasiado grandes para un simple "hola" o "adiós".


Pasaron los años, y la niña se convirtió en una joven. A medida que crecía, su mundo interior se expandía, y con él, también lo hacía su necesidad de comunicar todo lo que albergaba. Sin embargo, cada intento de hablar se veía silenciado por su propio temor, por la belleza cruda de sus emociones que no se atrevían a escapar por su garganta. ¿Quién podría entender algo tan profundo, tan complejo?


Un día, la joven se dio cuenta de algo. Estaba sentada frente a un lienzo vacío, pincel en mano, y la quietud la rodeaba, como siempre. Fue entonces cuando comprendió que la voz no siempre necesita ser pronunciada. Puede ser escrita, cantada, pintada, bailada... o simplemente sentida. Con una valentía que nunca había creído tener, comenzó a pintar.


El lienzo, que antes había permanecido inmaculado y vacío, comenzó a llenarse de formas y colores. Cada trazo de pincel era una palabra, cada mezcla de tonos una frase que se elevaba hacia el aire. En lugar de hablar, la joven dejó que su alma se desbordara en colores brillantes y suaves, en paisajes que hablaban de amor, de dolor, de esperanzas y miedos.


Pero no se quedó ahí. Luego vino la danza. La misma joven, con el rostro iluminado por una luz cálida, se movió como si el mundo entero fuera una canción sin palabras. Su cuerpo habló con una fluidez que nunca había sido posible con su voz. Bailó con el viento, con la música que solo ella escuchaba, y cada movimiento era un poema, cada giro una declaración.


Poco a poco, los demás comenzaron a notar que la joven, antes tan silenciosa, ahora llenaba el aire con su arte. Había hablado de una manera que muchos podían entender, incluso si nunca había pronunciado una sola palabra. La joven había encontrado su voz en lo más profundo de su ser, en las formas, los colores y los movimientos.


Y fue entonces cuando, por primera vez, habló. No como los demás, no con palabras que se escuchan en la calle, sino con una voz que salió de su corazón y que resonó en el alma de todos los que la rodeaban. "Si yo pude", dijo suavemente, "lo mismo tú."


El poder de encontrar tu voz no se trata solo de hablar en voz alta. A veces, tu voz está en tu arte, en lo que compartes con el mundo, en lo que haces cuando dejas de intentar encajar en el molde de lo que otros esperan y empiezas a ser tú mismo, a expresarte de la manera más auténtica que puedes.


La joven enseñó que no hay una forma correcta de hablar. Que la voz no siempre es un sonido, sino una expresión de lo que llevamos dentro. Y a veces, es más valiente callar, pero más importante, es saber que tu silencio también tiene algo que decir.


Al final, la niña que no hablaba descubrió que su sensibilidad no era una barrera, sino el puente que la conectaba con el mundo. Porque, al igual que ella, tú también puedes encontrar tu propia voz, y esa voz puede ser cualquier cosa que tú decidas que sea. No tienes que hablar como los demás. Solo tienes que ser fiel a ti mismo y a lo que llevas dentro.


Si ella pudo, lo mismo tú.



Pingüino rayado azul y blanco, pájaro amarillo con gorrito, y gato marrón con pijama rayado blanco y rojo

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