Querida familia Titánica, en nuestra travesía por la vida, nos encontramos con manifiestos vitales que a menudo nos inspiran, cuestionan nuestras elecciones y nos impulsan a vivir de una manera más auténtica y plena. Este es nuestro llamado a la acción, un recordatorio para seguir lo que nos apasiona y dejar de lado lo que nos pesa. La vida es demasiado corta para desperdiciarla en cosas que no nos llenan de alegría. ¡Es momento de abrazar, es momento de no mirar atrás!
En el gran escenario de la vida, cada día es una oportunidad para componer nuestra propia melodía, nuestra sinfonía de elecciones y experiencias. Forest Gump nos enseña que a veces corremos solo porque queremos, sin necesidad de un propósito definido, simplemente por el placer de jugar en este vasto campo de posibilidades.
A través de la música de Celia Cruz, Opus, Coldplay y Patrick Hernandez, celebramos la diversidad de la vida, su carnaval, su vitalidad, y reconocemos que la verdadera riqueza reside en las conexiones y las creaciones compartidas. Live is life, Viva la vida y Born to be alive son himnos que nos recuerdan la pulsante energía de nuestros días.
En el intrincado tejido de la existencia, el amor a menudo se revela cuando menos lo anticipamos, mientras estamos inmersos en la travesía de vivir la vida que amamos. No existen emociones intrínsecamente buenas o malas, todas son hilos esenciales en el tapiz de la experiencia humana; así que abrazarlas y permitirse sentirlas es parte crucial de nuestra autenticidad. La auténtica belleza a veces se halla en las cosas más simples; saborear cada momento y apreciar las pequeñas alegrías de la vida puede ser una fuente de satisfacción profunda.
La diversidad, tanto en experiencias como en conexiones humanas, enriquece nuestras vidas. Al abrirnos a nuevas vivencias y conectar con personas de diversos caminos, tenemos la oportunidad de aprender, crecer y encontrar inspiración. Viajar, una ventana a la exploración del mundo y de uno mismo, nos insta a aprovechar las efímeras oportunidades sin temor. Las relaciones y experiencias compartidas son arquitectas de nuestra existencia, cada interacción representa la ocasión de forjar recuerdos y conexiones de significado. Como nos dice Martin L. King, los que no buscan la felicidad para sí mismos son los que más probabilidades tienen de encontrarla al buscarla para los demás.
La vida, efímera dádiva, no tolera dilaciones. Como nos susurra el proverbio, en este viaje, la vida no es esperar a que pase la tormenta, es aprender a bailar bajo la lluvia. Buscar nuestros sueños y compartir nuestras pasiones con el mundo es imperativo. En ocasiones, vivir sin un propósito específico puede ser liberador, permitiéndonos disfrutar de la vida simplemente por el placer de existir. Aunque la vida nos envuelva en compromisos y tareas, aprender a soltar lo que ya no nos sirve es esencial. Aquello que parece falta de constancia o procrastinación puede ser un llamado para reevaluar prioridades y redirigir nuestra energía hacia lo que realmente nos hace felices. Con la muerte como fiel compañera de viaje, la conciencia de su presencia se convierte en una poderosa motivación para vivir plenamente cada día, tejiendo recuerdos, amando, aprendiendo y experimentando la dicha de la existencia. Así que, queridos Titánicos, al abrazar estas palabras, elegimos la alegría, la pasión y la plenitud en cada día. La vida es un regalo efímero, y cada momento cuenta. ¡Así que salgamos, vivamos, amemos y creemos, sin mirar atrás, y hagamos que cada día sea un testimonio de nuestra pasión por la vida! Choose life. Esta es tu vida. ¡Vívela con todo tu ser!
Nos despedimos con el himno de la autoaceptación de Gloria Gaynor, I am what I am, recordándonos que en la aceptación y conexión con la vida, encontramos la verdadera libertad para ser quienes somos. En cada palabra, en cada nota, trazamos nuestro manifiesto vital, una celebración de la alegría de vivir y la valentía de ser auténticos 💛