Querida familia Titánica, vivimos en una sociedad en la que constantemente se nos enseña a poseer, controlar, y ser dueños de algo o alguien. Desde una propiedad hasta una relación, el deseo de "tener" puede llevarnos a concepciones erróneas sobre lo que significa amar. Sin embargo, como bien nos recuerda la reflexión citada, amar no tiene nada que ver con el control ni con la posesión.
El amor, en su forma más pura, es una energía libre que fluye sin ataduras, sin expectativas, sin la necesidad de someter o controlar. Amar es apreciar, reconocer la belleza en lo que tenemos y en lo que somos, sin la necesidad de apropiarnos de ello. Amar es agradecer, ser conscientes de lo que recibimos y de lo que damos, sin pensar que lo hacemos con la esperanza de recibir algo a cambio.
El amor, a menudo, nos invita a dejar ir, no porque no valoremos a la persona o la situación, sino porque el amor verdadero es desinteresado y desea el bienestar del otro, incluso si eso significa separarse o tomar caminos distintos. Amar también es motivar y cuidar, brindando apoyo incondicional sin la necesidad de que todo se quede dentro de límites impuestos.
Amar no es un negocio, no es un intercambio en el que se mide lo que se da y lo que se recibe. En el amor auténtico, la reciprocidad no se mide en términos de obligación o intercambio, sino en la libertad de ser y dejar ser, de compartir momentos sin necesidad de posesión.
Amar es incondicional, sin esperar nada a cambio, ni afecto, ni reconocimiento, ni garantías. Es un acto de generosidad, un regalo que se ofrece sin reservas. Este tipo de amor, tan alejado de la concepción capitalista que rige muchas de nuestras interacciones, es el que nos conecta de manera profunda con el ser humano y con el mundo que nos rodea.
Por tanto, en una existencia que constantemente nos impulsa a “tener” y “poseer”, es fundamental recordar que amar es dar sin esperar recibir, y que solo cuando comprendemos esto podemos conectar realmente con los demás de manera libre, plena y genuina.
¿Te has encontrado alguna vez confundiendo amor con posesión? ¿Cómo podemos cultivar un amor más libre y desinteresado en nuestras vidas?