Hola, amiga Titánica, amigo Titánico. Las suposiciones tienen un poder que a menudo subestimamos. Nos acompañan en silencio, como una banda sonora mental que influye en nuestras decisiones, emociones y acciones. Pero, seamos honestos, muchas veces ponemos en esa banda sonora el disco rayado de lo negativo: “No puedo”, “Soy un desastre”, “Seguro todo saldrá mal”.
Y aunque parezca difícil de creer, puedes cambiar ese disco. ¿Por qué no probar con suposiciones que te impulsen en lugar de hundirte?
La balanza siempre tiende al lado negativo
Por algún motivo, somos expertos en llenar la balanza con pensamientos que nos frenan. “No soy lo suficientemente bueno”, “Esto es demasiado complicado”, “Siempre fallo en estas cosas”. Esas suposiciones, aunque no tengan fundamento, se sienten reales porque las hemos repetido tantas veces que parecen verdades absolutas.
¿Y si las cosas fueran diferentes? ¿Y si las suposiciones positivas, aunque delirantes al principio, pudieran abrir un camino nuevo?
Suposiciones para desbloquearte
¿Qué tal si pruebas estas?
- “Soy capaz.” Aunque ahora mismo sientas que no lo eres, repítelo. Deja que el eco de esas palabras ocupe un lugar en tu mente.
- “Soy constante.” Incluso si la constancia no ha sido tu fuerte, actúa como si lo fuera. A veces, nuestras acciones terminan por seguir nuestras creencias.
- “Soy resiliente.” Porque, si lo piensas, ya has pasado por muchas cosas que demostraron tu fuerza.
Estas nuevas suposiciones no son mágicas, pero funcionan como un ancla. Son algo a lo que puedes aferrarte cuando el mar de lo negativo intenta arrastrarte.
La prueba del “qué pasa”
Las suposiciones no son más que hipótesis. Haz el experimento:
- Elige una suposición positiva sobre ti mismo.
- Actúa como si fuera cierta.
- Observa qué cambia.
Por ejemplo: si te dices “Soy una currante”, podrías enfrentar esa tarea complicada con una mentalidad diferente. Aunque al principio te cueste creerlo, notarás que empiezas a comportarte como tal.
El poder del delirio positivo
Es curioso cómo estamos dispuestos a creer las suposiciones negativas más absurdas: “Seguro que se ríen de mí”, “Me va a salir fatal”, “Soy un fraude”. Entonces, ¿por qué no permitirte suposiciones igual de delirantes, pero positivas? “Soy brillante”, “Tengo algo valioso que ofrecer”, “Puedo aprender lo que sea”.
Claro, al principio puede parecer un poco forzado, pero recuerda: las suposiciones negativas también lo fueron en su momento. Simplemente les diste suficiente espacio para que echaran raíces.
Crea tu lista de suposiciones personalizadas
Haz una lista de las cualidades que te gustaría tener. Luego, transfórmalas en suposiciones y repítelas como un mantra:
- “Soy creativo.”
- “Aprendo rápido.”
- “Merezco cosas buenas.”
Llévalas contigo, escríbelas, repítelas. Lo importante es darles la oportunidad de convertirse en parte de tu narrativa interna.
Conclusión: suposiciones como punto de partida
No necesitas que tus nuevas suposiciones sean absolutamente ciertas desde el principio. Solo necesitas probarlas. Ver qué pasa cuando cambias la melodía en tu mente.
Para que me entiendas, nuestras suposiciones son como semillas. Las negativas crecen como malas hierbas, pero las positivas, con cuidado, pueden florecer en algo hermoso. Y tú decides qué jardín quieres cultivar. Así que, ¿qué suposición sobre ti mismo vas a probar hoy?