"Music is the voice of the soul. Music is life." Quien canta, ora dos veces. Y tú cantas precioso. Quizá por eso, a veces, no hace falta decir más. La música ya lo está diciendo todo.
Lo único que tienes que hacer con tu vida, amiga Titánica, es vivirla. Parece simple, pero no lo es. Yo, por ejemplo, tengo la terrible costumbre de fustigarme por los errores y apenas permitirme disfrutar los logros, como si no los mereciera. Como si celebrar fuera un exceso que no me corresponde.
He caminado por la vida obsesionada con metas, sin ver el paisaje. Y cuando llego, la alegría se evapora, porque antes de alcanzar un objetivo, ya he trazado el siguiente. Resultado: ansiedad, estrés, exigencias absurdas... todo para complacer a un pasado que ya no está, a una mirada que no era mía, a esa personita triste y solitaria que esperaba un abrazo que nunca llegó.
Y no, al final la culpa no es del resto. Llega un momento en que nos toca hacernos cargo, dar ese abrazo pendiente, cuidarnos, disfrutar. Dejar de buscar fuera lo que solo puede brotar desde dentro.
Puedes recorrer el mundo, pero siempre tendrás que volver a ti.
Lo dijo Jiddu Krishnamurti: Dios lo es todo. Eres tú, tu pareja, tu perro, tu casa, el paisaje que te emociona, ese amigo nuevo que te sorprende, cada experiencia que te transforma. Siempre, en todo momento, está.
Como dice Buda, no nos falta felicidad: nos sobra sufrimiento. El mundo exterior es reflejo del interior. Solo cambiando la mente, cambia la realidad. Y ese viaje de conocerte, confiar, quererte y sobre todo aceptarte tal como eres... es un viaje sagrado.
Para mí, ese ha sido el propósito de vida: crear. Crear para comprender, soltar, compartir. Por eso me emociona leer El acto de crear, de Rick Rubin, y me reconforta El camino del artista, de Julia Cameron. Me recuerdan que soy artista, creadora, alquimista de lo invisible. Y tú, amigo Titánico, también lo eres, aunque aún no te hayas dado ese permiso.
A veces me pregunto: ¿Y si un cambio de vida tampoco es la respuesta? ¿Y si lo que necesitamos no es cambiar todo, sino habitar distinto?
Quizá el presente no sea otra cosa que el pasado... afeitado. Y la vida, más que una meta, sea una canción que se canta desde el vientre.
Hoy tampoco quiero entenderlo todo. Solo respirar, cantar y volver a mí, para ti.
