Uno de los temas que más preguntas genera en quienes acompañamos el proceso lector de niñas y niños es:
¿En qué orden se deben enseñar las letras?
No es una decisión al azar, ni se trata de seguir el abecedario, sino de respetar el desarrollo fonológico, visual y articulatorio de cada pequeño.
Para nuestros peques con necesidades especificas, nos basamos en enfoques estructurados que priorizan la conciencia fonémica, el principio alfabético y la facilidad de articulación, sobre todo para aquellos alumnos que presentan dificultades en el aprendizaje de la lectura y escritura.
¿Qué aspectos se consideran para decidir el orden?
Algunos de los criterios más importantes son:
- Facilidad de pronunciación: se inician con fonemas continuos o fáciles de articular (como /m/, /s/, /t/ /l/).
- Alta frecuencia: se introducen primero los sonidos que aparecen con mayor frecuencia en palabras del entorno.
- Correspondencia letra-sonido consistente: se eligen fonemas cuya relación con la grafía es clara (por ejemplo, /m/ con la letra "m").
- Evitar confusiones visuales o auditivas: se postergan letras similares entre sí (como "b" y "d", o "s" y "z").
- Combinabilidad para formar palabras: se agrupan letras que permitan construir sílabas y palabras desde etapas tempranas.
Un ejemplo de secuencia sugerida:
A continuación, te comparto un ejemplo general que puede adaptarse según las características del grupo o del niño:
- Vocales: a – e – i – o – u
- Primer grupo consonántico: m – s – t – l - r - p – n- c- d- v
- Segundo grupo: b - f – r suave – j - g - h - ch - ñ - ll - y
- Tercer grupo: k – q - z - x - w
- Grupo avanzado: letras compuestas (trabadas)
Este orden permite que los niños formen palabras desde los primeros momentos (como “mamá”, “sol”, “lupa”) y genera confianza y motivación.
¿Cómo aplicamos esto en nuestros materiales?
En nuestros cuadernillos por letra, el trabajo sigue una secuencia estructurada y consciente:
- Introducción del sonido a través de imágenes y palabras clave.
- Ejercicios auditivos para identificar la letra en diferentes posiciones.
- Actividades manipulativas (como tarjetas, juegos o emparejamientos).
- Escritura dirigida y espontánea a partir de lo aprendido.
Todo en un formato accesible, visualmente atractivo y pensado para niños con dificultades específicas en la lectoescritura.
Enseñar con intención
Recuerda: enseñar a leer no es correr para completar el alfabeto, sino acompañar con intención y estructura, adaptando el ritmo a cada niña y niño.
Si estás iniciando con tus peques este proceso, te invito a explorar nuestros recursos, diseñados con amor y fundamento para hacer del aprendizaje algo significativo.
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