Refer a friend and get % off! They'll get % off too.

¿Por qué el creyente no crece?

¿Por qué el creyente no crece? - Descargable PDF

 

Hablar acerca del crecimiento del creyente y de todo lo  que impide que suceda, se torna extraño, porque siendo la escritura el manual perfecto creado por el Señor para guiar e instruir, es evidente, que a causa del tiempo se asume que el creyente debería tener un comportamiento diferente, siendo que no solo ha crecido de forma intelectual según el conocimiento recibido, sino también de forma espiritual según las acciones que expresa.

 

Sin embargo, la realidad existente es que el creyente no está creciendo ni desarrollándose como hijo; como consecuencia se ha quedado estancado en su vida espiritual y aunque el tiempo sigue de forma acelerada, su manera de pensar, hablar y actuar sigue siendo la misma.

 

Observe que, en el plano terrenal alguien nace pero con el transcurrir de los años va creciendo y madurando hasta convertirse en un adolescente, posteriormente un joven y así hasta llegar a un adulto siendo una persona madura, ¿por qué no está ocurriendo este proceso natural en el plano espiritual?, ¿por qué el creyente no está creciendo? ¿Qué lo estanca?.

 

Existen muchos factores que están impidiendo el crecimiento del creyente, porque es inconcebible que pase el tiempo y todavía sigue siendo un niño que carece de madurez espiritual y que su alimento sea leche y no el alimento sólido como le corresponde ( Hebreos 5:12-14).

 

La palabra de Adonaí santifica (Juan 17:17) y convierte el alma (Salmos 19:7); eso quiere decir, que causa un impacto en el creyente para mejoría y crecimiento.

 

El problema es el creyente que sabotea su mismo proceso y permite situaciones consciente o inconscientemente que impiden que esa palabra transforme su vida.

 

            2a. Timoteo 3:14:17:            “Pero persiste tú en lo que has aprendido y te persuadiste, sabiendo de quién has aprendido; y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en el Mesías Iehoshúa. Toda la Escritura es inspirada por Adonaí, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Adonaí sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra”.

 

La recomendación de Pablo a Timoteo fue precisamente persistir y ser contante en la enseñanza recibida, haciendo énfasis en todo lo que había aprendido desde la niñez para convertirlo en esa sabiduría, que es la puesta en práctica del conocimiento que ha sido revelado.

 

            Por eso, el creyente que obtiene un conocimiento, y éste no se trasforma en parte de su vida, no alcanzará crecer. De ahí que el propósito planteado por Pablo es que el hombre llegue a cumplir ese proceso de perfección espiritual (Shelemut).

 

Cabe destacar, que la escritura reseña acerca del gran Maestro Iehoshúa, siendo el mayor ejemplo a seguir, quien crecía y se fortalecía, pero también era lleno de sabiduría y el favor de Adonaí siempre estaba sobre él (Lucas 2:40).

 

El proceso que distinguimos a lo largo y ancho de la escritura, es el crecimiento normal en lo humano que se refleja en el cuerpo, pero también un crecimiento espiritual que se expresa en la sabiduría.

 

            Efesios 4:11-16:        “Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo del Mesías, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Adonaí, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud del Mesías; para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error, sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, el Mesías, de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor”.

 

Por ello, son sumamente importantes los dones ministeriales, porque cada uno actúa en favor del crecimiento y desarrollo del creyente. Pero el crecimiento no se mide sólo en el conocimiento que el creyente manifieste, sino en lo que el creyente vive según lo aprendido.

 

            1a. Pedro 2:2-3 “Desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación, si es que habéis gustado la benignidad del Señor”.

 

            El creyente debe ser constante en la obediencia a la escritura para lograr un crecimiento espiritual que lo conduzca a la salvación de su propia vida. Recuerde que en un momento estaba destituido de la gloria de Adonaí, en una condición sin esperanza alguna, pero por medio de la justicia de Adonaí impartida a través del sacrificio del Mesías, se dio el derecho legal de ser hijos, para ahora vivir en santidad por medio de la Toráh y así, ser parte de la redención.

 

La meta de todo creyente es llegar a la estatura de la plenitud del Mesías, a ser ese varón perfecto, por lo cual se debe esforzar diariamente en la justicia y santidad de la verdad.

 

            2a. Pedro 3:17-18: “Así que vosotros, oh amados, sabiéndolo de antemano, guardaos, no sea que arrastrados por el error de los inicuos, caigáis de vuestra firmeza. Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Iehoshúa. A él sea gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén”.

 

Así pues, los hijos de Adonaí deben guardarse de una generación adversa, perversa y contraria a la escritura, caminando siempre en procura de ese crecimiento y desarrollo espiritual, pero también detectando todos aquellos elementos que no le permiten crecer para erradicarlos.

 

No olvide que lo único que está en riesgo  es la posibilidad de ser parte del reino y el mundo venidero. 

  

Libro ¿por qué el creyente no crece? PDF para uso virtual solamente.

86 Páginas

ISBN 978-980-12-8879-4

ASEGÚRATE DE:

Tener un computador con lector de PDF. Si no lo tienes, puedes descargarlo gratis en https://get.adobe.com/es/reader/otherversions/

Tener un email (correo electrónico) válido donde puedas recibir tu enlace para descargar el libro.

Si tienes preguntas, por favor contáctanos: gustavorivastvf@gmail.com

You will get a PDF (1MB) file

$ 20.00

$ 20.00

To be able to receive payments, please enter your payment details.

Discount has been applied.

Added to cart