Cuando mi abuelo estaba en casa, venía todas las noches a contarme un cuento. Pero aquel día le habían quitado un diente y le dije: -Abuelo, ¿Porqué no pones tu diente al Ratoncito Pérez?
Texto: Antonio Gómez-Olea
Ilustración: Lyubov Zhorova Georgieva