Desde que el Trump inició su carrera hacia la Casa Blanca el 16 de junio de 2015, Estados Unidos se dividió, principalmente por el discurso del odio que se movió durante el día en sus intervenciones públicas y sus apariciones en los medios de comunicación.
Esta división generó grandes controversias en la sociedad, llevando la campaña electoral y posteriormente los resultados a unos niveles de crispación nunca vividos en el país. Todos los indicadores sobre delitos de odio así lo reflejan, registrando unas cifras nunca vistas en todo el territorio y alcanzando un aumento generalizado.
Debido a la retórica en la campaña electoral del candidato Trump, los diferentes grupos de odio han cogido el impulso, se considera un republicado un héroe que venga a salvar al hombre blanco y los valores americanos; Consiguiendo esta forma un aumento generalizado en todo el territorio y, espectacularmente, en los feudos más polarizados, en las grandes urbes donde Donald Trump consiguió introducir su mensaje y no sólo en las zonas rurales donde tradicionalmente se mueven estos grupos de odio.