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Las trampas de Ismael

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En el entierro de Ismael Bustamante, al llegar al cementerio, el ministro, desde una tarima instalada para la ocasión, inició su alocución fúnebre:
“Con el redoble de un tambor, en una pequeña plaza de armas, como si de un héroe se tratara, así quería iniciar…”
Interrumpieron sus palabras con la repetición del grito: ¡Comandante Ismael Bustamante! ¡Presente, presente, presente!
De nuevo el Ministro: “Con el redoble de un tambor, en una pequeña plaza de armas, como si de un héroe se tratara…”
¿Como si de un héroe se tratara?
Había versiones contradictorias del deceso. Se propalaban rumores y se especulaba sobre las circunstancias de la muerte. Rumores y especulaciones que suscitaban mis cavilaciones. Comencé a
escucharlos en el bar La Yerbabuena, enfrente de donde fue el Hospital El Retiro, pocos días después de haber arribado al país.
La dualidad de las versiones llamó mi atención: algo no cuadraba.
En esta atmósfera de dudas la frase del ministro no abonaba al esclarecimiento, despertaba sospechas: Como si de un héroe se tratara, entonces no se trata de un héroe… Esas frases metafóricas, duales, líricas, apropiadas tal vez para actividades festivas, en las presentes circunstancias sólo eran leña para atizar más el fuego. Yo buscaba aclararme y disipar las dudas generadas por las versiones dispares escuchadas. Esperaba en las palabras del Ministro la explicación coherente. “La política de la verdad es la política de la Revolución”. Alguien mencionó que ésta era una de las divisas repetidas por el Ministro, incluso que la había acuñado él.
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Así comioneza esta novela de 212 páginasdel autor Heberto Incer, terminando con : "La evocación del recuerdo aumentó mi nostalgia y mi tristeza. En aquel estado de ánimo me dije: Todo ha sido ficción. Sí, todo ha sido una ficción.
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