Cuando estudiamos ciertos idiomas, estudiamos por necesidad algunos aspectos básicos de la vida y de la forma de pensar y hablar de aquellos pueblos que hablan tales idiomas. Es cuando nos damos cuenta de que estos pueblos existen de verdad; que existen otros pueblos muy diferentes a nosotros y que tienen sus propias culturas, ricas o pobre, pero las tienen, son tan humanos como lo somos, los otros, tienen el mismo derecho a ser reconocidos, respetados y honrados como el que tenemos nosotros “los otros” y sin más. Nosotros, los otros pueblos, si habláramos todos, los idiomas de los otros, podríamos aprender mucho de ellos y ellos de nosotros, seremos todos más humanos y esparciríamos el respeto que todos buscamos. A través de los lenguajes y los idiomas aprendemos y enseñamos y nos conoceremos todos. El lenguaje es el vehículo más rápido que puede conducirnos hacia la paz y armonía a todos.