La verdad es como las tempestades: causa estragos. Al hombre le agrada la lisonja y le desagrada que le digan la verdad parque es amigo del engaño. A las gentes les agrada más que le hablen de falsías que de verdades. Se fascinan con lo falso y se sorprenden con la verdad. Desde que a Sócrates le dieron la cicuta, la verdad quedó siendo amarga.