El papel de la policía en las sociedades democráticas ha sido tradicionalmente prevenir, combatir, mantener el orden, proteger los derechos fundamentales de las personas, y hacer cumplir la ley, todo ello enmarcado en un conjunto de leyes definidas de forma consensuada.
Hoy en día la policía debe asumir un papel activo en las labores de prevención para evitar cualquier desconfianza social con relación a las minorías, mejorando su conocimiento y comprensión sobre las características y particularidades de los colectivos que suelen ser objeto de discriminación, para combatir las prácticas xenófobas, homófobas, y otras conductas de odio.