En conjunto, estas diez secciones desarrollan una visión sistemática de la conciencia (yishi) en la ciencia del Zhineng Qigong (djeneung gong). La tesis central es que la conciencia no es una ilusión inmaterial, sino una forma especial de movimiento material, producida por el cerebro y el yi yuan ti, capaz de influir tanto en el cuerpo como en el mundo externo.
Sección 1 – Definición y papel de la conciencia
La yishi (conciencia) constituye la marca distintiva del Qigong en comparación con los ejercicios físicos ordinarios. Se entiende como una forma particular de movimiento material, originada en el yi yuan ti, una sustancia sutil derivada de las células cerebrales. El yi yuan ti funciona como un espejo tridimensional capaz de recibir, procesar y transmitir información. La conciencia actúa así tanto sobre el ser humano como sobre el entorno, abriendo la posibilidad de una profunda transformación a través de la práctica.
Sección 2 – Formación y desarrollo de la conciencia
El yi yuan ti se forma en la etapa embrionaria a partir de la organización de las células nerviosas. Antes del nacimiento, el embrión vive en una uniformidad energética, que crea un yi yuan ti original. Después del nacimiento, la diversidad de estímulos moldea un yi yuan ti individual, único para cada persona.
La conciencia evoluciona en varias fases: sensaciones, percepciones, pensamiento sensoriomotor, pensamiento imaginativo y pensamiento lógico. El lenguaje resulta decisivo, pues permite el paso al pensamiento abstracto, marcando la especificidad de la conciencia humana.
Sección 3 – Conciencia interna y externa, papel directivo
La práctica del Qigong implica orientar la conciencia hacia el interior: primero hacia el cuerpo y el qi, luego hacia la percepción directa del yi yuan ti. La conciencia se presenta como la forma más elevada de movimiento material, que dirige la vida. Sus funciones son tripartitas: aumentar la fuerza física, transformar la materia del cuerpo y regular la reactividad a los estímulos.
Sección 4 – Influencia de la conciencia en la salud y la enfermedad
La conciencia regula la intensidad de las reacciones a los estímulos. El miedo o las creencias negativas pueden agravar el dolor o generar enfermedad, mientras que la calma y la confianza favorecen la curación. No son las causas externas las que determinan la enfermedad, sino el entorno interior del paciente. Además, la conciencia puede actuar sobre la materia externa, como lo muestran los experimentos de telequinesis.
Sección 5 – Yun yong yishi, uso activo de la conciencia
La conciencia debe usarse de manera activa (yun yong yishi), no pasiva. En la historia del Qigong han existido diversos métodos:
- Xujing (vacío y tranquilidad),
- Daoyin (guiar el qi, el cuerpo, la respiración o el sonido),
- Yishou (concentración en un punto).
El yishou incluye: concentración interna, concentración puramente mental y concentración con luz. Sus principios son: mantener sin rigidez, estar presente/ausente, reunir/dispersar, fusionarse con el objeto. Estas prácticas conducen a transformaciones funcionales, físicas y energéticas.
Sección 6 – Importancia de la intención clara
A diferencia de los métodos antiguos centrados en el vacío, el Zhineng Gong enfatiza la intención clara y dirigida. La yishi debe alinearse con la ley universal de sheng jiang kai he (crecimiento–declive, apertura–cierre). Se distinguen tres modelos: unir mente y qi (shen yu qi he), mente y movimiento (shen yu xing he), mente y sonido (shen yu sheng yin he).
Sección 7 – Concentración, sonido y gestión de distracciones
La unidad de mente y cuerpo previene la rigidez. El sonido guía el qi, pero debe obedecer la ley de apertura–cierre. La concentración en Qigong (neixiang) condensa los pensamientos dispersos en unidad, sin exigir un vacío absoluto. Los pensamientos dispersos (zanian) son normales; deben ser reconocidos y redirigidos, no temidos. La yishi desempeña un papel vital en la sanación, dirigiendo el qi hacia las zonas enfermas.
Sección 8 – Actitud frente a la enfermedad
El practicante debe cultivar la paz interior (“xin si shen huo”) y guiar el qi con determinación. Toda enfermedad es reversible si se restaura el equilibrio. El shen debe liderar, y la práctica debe seguir la ley de kai he. La observación (neiguan) complementa la intención activa al percibir sin intervenir. La yishi debe impregnar la vida cotidiana en cada gesto.
Sección 9 – Ilusiones y peligros: zhen wang xiang gong
Las habilidades especiales pueden generar ilusiones y proyecciones (ver Budas, viajar al cielo). Este fenómeno, zhen wang xiang gong (conflicto entre verdadero y falso), surge de la conciencia misma. Debe reconocerse como ilusión y no como realidad externa. Las tradiciones budistas, taoístas y confucianas han advertido desde hace siglos contra la confusión entre visiones y entidades reales.
Sección 10 – La materialidad de la conciencia
La conciencia se defiende como una forma de materia, coherente con el materialismo dialéctico. Engels y Lenin afirmaron que la conciencia es una forma de movimiento material originada en el cerebro. Los experimentos de Qigong (telequinesis, sanación a distancia) lo confirman. La conciencia es esencialmente un proceso informacional, capaz de condensarse en energía. No es energía en sí misma, sino información que puede generar energía. Esta visión monista, lejos del dualismo, integra el Qigong en un sistema científico y filosófico coherente.