Escritos de teatro: crónica, crítica y gacetilla

Desde El Viajero, seudónimo de un autor en el Papel Periódico de La Havana en 1791 a otro con el sobrenombre de Garrick en la revista Social de 1936, Escritos de teatro: crónica, crítica y gacetilla, recoge casi un centenar de textos, tomados de fuentes varias, la mayoría, de recopilaciones y libros y las menos, de periódicos y revistas. Aparecen desde los muchos autores anónimos que escribieron con un alias, hasta las grandes figuras de la crónica y la crítica –Julián del Casal y José Martí– ; los que tuvieron por la escena una devoción más que probada, como Buenaventura Pascual Ferrer o Aniceto Valdivia; los eruditos, Mitjans, Piñeyro, Justo de Lara y Enrique José Varona, cuya reflexión es más que imprescindible, pero también los desconocidos. También se incluye el aviso, la nota de ocasión, la proclama, la gacetilla, la crónica de viaje, la ordenanza y la censura ácida o biliosa. Tampoco falta la reflexión amarga sobre la censura misma y la labor del crítico teatral. La selección de 464 páginas no es exhaustiva ni representativa salvo del deseo de recomponer los fragmentos del pasado como una vasija rota.
El texto que pueden leer sin descargar el libro, demuestra que  podría incorporarle  todavía muchas más crónicas o documentos, pero mi sorpresa más grata fue encontrar la del Anfibio. En el autorizado y bello libro Creto Gangá, de Mary Cruz (Unión, 1974) la investigadora revisa los varios seudónimos del gallego Bartolomé Crespo y Borbón, pero no transcribe ninguna crónica completa de las publicadas en los periódicos habaneros. Esta aparece en El Noticioso y Lucero del 25 de noviembre de 1839 y fue rescatada por la sección de J. Tabares Sosa sobre La Habana Vieja en el periódico La Lucha en 1926. Con el seudónimo de Anfibio, uno de los usados por Crespo y Borbón, escribe muchas crónicas  sobre "jópera", "cumerias", así como El látigo del Anfibio, letrillas varias acerca de la vida de la ciudad y sus costumbres.  En esta del Noticioso... asiste a una función del ventrílocuo Sutton en el Diorama de la calle Industria. El «mágico» se presenta  después  en el Tacón  en 1845.